jueves, 15 de junio de 2017

Julián Casanova, entrevista sobre 40 años con Franco



Transcribo esta entrevista tomada de la Revista Historia y Vida, en su número 566, artículo de reseñas sobre libros: 40 años con Franco, del autor Julián Casanova, quien además aparece junto a otros autores. Su relevancia reside en esas espada de Damocles que pende sobre nuestra psicología -en especial dentro de Honduras bajo la férula ultra-conservadora por siempre- y que se convierte en tara que dinamiza cada acto de nuestra vida social.

HYV:
¿Cómo definiría la naturaleza del franquismo?

Julián Casanova:
Se inicia como un régimen fascistizado que empieza a cambiar hacia 1944. A partir de entonces se convierte en una dictadura, de claro signo anticomunista, con una impronta nacional católica. En los sesenta vuelve a mutar, debido al desarrollismo económico, para acabar su singladura con una fase muy represiva, producto de la lucha entre facciones dentro del mundo interno, los atentados de ETA, el empuje de la oposición, el miedo al final... Ninguna dictadura de 40 años es de una sola cara, pero ello no es sinónimo de debilidad. La dictadura salió de la guerra, y más de una generación de españoles creció y vivió bajo el dominio de Franco, sin ninguna experiencia directa de derechos o procesos democráticos.

HYV:
¿Por qué no intervinieron las potencias aliadas para poner fin al régimen?

J.C.:
Con la desaparición de Hitler y Mussolini, a los vencedores de la Segunda Guerra Mundial les importó muy poco que un país que nada contaba en la política exterior de aquellos años se perpetuara un dictador que incumplía las normas más elementales del llamado ''derecho internacional". No querían iniciar un nuevo conflicto. Además, conforme avanzaba la guerra fría, Franco se convirtió en un fiel aliado contra el comunismo. De ahí que, de modo gradual, su régimen fuera rehabilitado, algo que se confirmó plenamente con los acuerdos con EEUU firmados en 1953, la firma del Concordato con el Vaticano aquel mismo año y el ingresó de España en la ONU en 1955.

HYV:
¿Tuvo apoyo social el franquismo?

J.C.:
Una dictadura tan larga como la de Franco no se sustenta solo en la represión. Necesita base social para sobrevivir. Los apoyos del franquismo fueron amplios, más allá de toda la gente que se sumó a la sublevación  le estuvo siempre agradecida por la victoria. Si el régimen se prolongó durante cuarenta años es porque contó con el soporte o la no resistencia -por apatía o por miedo- de muchos españoles.

HYV:
Héroe de Tif, salvador de la patria, gran cruzado católico... ¿Hasta que punto la dictadura se cimentó en los mitos de Franco?

J.C.:
La propaganda del régimen y del propio jefe del Estado se construyó a partir de las diferentes máscaras que adoptó Franco, siempre inspiradas en los grandes héroes de la historia de España. Él se creía un Cid contemporáneo que había salvado a su nación.

HYV:
¿Qué papel tuvo en el despegue económico? ¿Fue un modernizador?

J.C.:
¿Cómo hablar de un modernizador sin tener en cuenta los costes sociales de su dictadura? La cuestión es utilizar ese término por encima de la represión, la miseria, la exclusión, la censura intelectual que llevó implícitas el régimen franquista. Una dictadura no puede ser valorada solo por sus logros económicos. Stalin recordaba que encontró la URSS con el arado de madera y la dejó con la bomba atómica. pero en medio están las purgas, el gulag, el terror...

HYV:
¿Algunos de los vicios de nuestra democracia pueden tener sus orígenes en la dictadura franquista?

J.C.:
No estoy de acuerdo en afirmar que todos los males y vicios de la democracia provengan de la dictadura. Sin embargo, la corrupción rampante de ahora tiene antecedentes en una política clientelar y de intercambio de favores que echó raíces en el franquismo.

HYV:
¿Qué opinión tiene acerca del revisionismo histórico?

J.C.:
En la historia no hay verdades inmutables. El revisionismo histórico debería ser sinónimo de honradez intelectual. Han pasado cuatro decenios desde la muerte de Franco, y esa dictadura forma parte de la historia, pero es también objeto de polémica política y memorias divididas. Ante ello necesitamos miradas libres y rigurosas. Este pretende ser el objetivo del volumen que publicamos, en el que se han reunido voces tan acreditadas como diversas.

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Pero ¿qué fue realmente el franquismo? ¿Cómo se vislumbra cuarenta años después? Enrique Moradiellos profundiza en esta cuestiones y concluye señalando: "Según la historiografía más reciente, la verdad sobre el personaje parece hallarse en un punto medio que nada tiene de geométrico: ni tanto como decían sus apologetas, ni tan poco como afirmaban sus detractores". El punto final a esta obra poliédrica, reveladora y rica en matices lo aporta Ignacio Martínez de Pisón, para quien "la España democrática no ha sabido dotarse de algo que toda sociedad necesita para construir su futuro: una versión compartida, un relato común de su pasado". una convivencia, en suma, que no esté basada en el olvido de las víctimas de la dictadura.

Texto: Isabel Margarit.

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