domingo, 21 de julio de 2013

Bullying de fe

¿Cómo hacer lucha de una ofensa hecha contra mi hijo? -me preguntaba una y otra vez en el pasillo del juzgado de Paz en La Granja, Comayagüela. Esperábamos al pastor Víctor Manuel Baquedano Barahona, "líder espiritual" de la iglesia Ríos de Agua Viva, Mayra y yo, madre y padre de Esteban Aurelio Estrada Oyuela, nuestro pequeño de 8 años, quien fue abofeteado en su rostro y a mano abierta por el susodicho pastor, hace una semana exactamente. ¿Cómo devolverle la dignidad herida a Esteban? -me repetía mientras calculaba que Víctor Manuel Baquedano Barahona no comparecería a la audiencia. Pasados 10 minutos de las 2:30pm, apareció, totalmente vestido de traje azul, camisa blanca y corbata, impecablemente rasurado y con el cabello acicalado hacia atrás con gelatina. Sus movimientos eran voluntariosos, rápidos, con una gravedad de hombre incólume en sus facciones de 50 años. Entró directamente al pasillo sin mirarnos a los ojos, con la cabeza en alto.

En la misma actitud abría la puerta del busito cuando le encomendaba a Esteban a su servicio de traslado a la Escuela Experimental de Niños para la Música. Nunca me veía a los ojos cuando le saludaba, apenas emitía un sordo buenos días; quizá por eso nunca me dio buena espina. Era en exceso grave, malhumorado. Y no sabíamos que era pastor cristiano. ¿Debía causarme buena impresión y tranquilidad que lo supiéramos? Crecí en una familia cristiana de una fe muy profunda que, de una u otra forma, cimentó conceptos espirituales que aún me sirven en la esfera de las relaciones con los demás. Desde la misma edad con la que cuenta actualmente Esteban, entendí los fundamentos del respeto hacia los mayores porque de manera recíproca, los mayores me demostraron un respeto permanente a mi integridad física y moral. Supe así, de manera natural, construir paso a paso mi ética infantil, porque sí, existe la ética natural en los niños, existe la conciencia de una identidad, de una felicidad de vivir, de tener claridad en reconocerse en una edad virtuosa, única e irrepetible. Con esas verdades crecimos Mayra y yo, y con esas verdades hemos hecho crecer a Esteban, a despecho del medio hostil provocado por un Estado inhumano donde el sistema legal se quiebra como un cristal frágil apenas ponemos dos dedos sobre él.

Víctor Manuel Baquedano Barahona se ubicó en el pasillo de espera, a metro y medio a mi lado. ¿Cómo puedo contenerme? -me preguntaba en mi interior, ¿bajo qué apreciación le doy esta validación a un sistema legal que nos manda a una posible conciliación y perdón? "La Fiscalía de la Niñez en el Ministerio Público no contempla penalización por este tipo de agresión", me dijo la abogada del MP. "¿El niño tiene señas del golpe?" 700 mil hondureñas y hondureños se unieron masivamente en todo el país a la jornada "Un día, una nación" acaecido el día de ayer, 20 de julio, contando con la presencia de 2,000 voluntarios estadounidenses, las fotografías muestran estadios llenos, euforia, conmoción espiritual. El inmenso espectáculo de la fe, vibrante y mediatizado. Me imagino a Víctor Manuel Baquedano Barahona saltando muy emocionado en las graderías, con ese mismo traje azul que portaba en el juzgado, elevando al cielo el carnet que lo acredita como pastor tal como lo hizo ante la jueza, una vez que pasamos a la audiencia. "Me permite, antes que nada, mostrarle quién soy yo para que vea que sería incapaz de pegarle a un niño a mi cargo" -le dijo con suficiencia y gestos teatrales, extendiéndole el carnet. "Honduras jamás volverá a ser la misma", era la consigna de "Un día, una nación", y yo miraba, casi en cámara lenta, al pastor Víctor Manuel regresando a su silla, ufano, mistificado en una ética incomprensible que le aseguraba que todos los muros caerían ante su certificado, que el país todo, en un solo haz de voluntades y espiritualidades lo acompañaban ante la ofensa de estar a punto de un juicio.

Honduras está elevando el fundamentalismo de calle a fundamentalismo de Estado. En todo acto público y privado el cristianismo va socavando el Estado laico. Los diputados promueven leyes fundamentalistas contra las libertades y preferencias sexuales y de procreación, la policía golpea en el nombre de dios luego de cantar coros al inicio de sus jornadas, en las escuelas existe, de hecho, el bullying cristiano hacia niños no cristianos, la sociedad de padres de familia de las escuelas eligen, preferentemente, en sus directivas, a cristianos que se identifican como probos por el simple hecho de pertenecer a una congregación... ¿Qué tiene que decir usted ante la acusación que el señor Carlos Fabricio Estrada Baca lleva a cabo contra usted por haber abofeteado al niño Esteban Aurelio Estrada Oyuela, hijo del acusador? -preguntó la jueza al pastor. "Quisiera expresar que todo eso es falso y que todos cometemos errores (...) -por primera vez me miraba los ojos-, pero debo admitir que sólo le puse dos dedos sobre la boca al niño, para que se callara..." Recuerdo el relato de mi hijo: "Me puse nervioso porque había dejado el violín en el aula de clase, y le comencé a gritar a don Víctor para que no arrancara el busito... entonces él se bajó, abrió la puerta y me pegó con la mano en la cara... yo comencé a llorar y él me dijo cállese, deje de gritar, y me dio un dulce..."
El año pasado, Esteban ya había pasado la experiencia de bullyin por parte de un niño de 11 años. Lo forzaba a oler de cerca los sanitarios y, dentro del busito, camino a casa, lo amenazaba con la punta de un compás en las costillas. Todo se detuvo cuando fuimos a hablar con el niño frente a la sub-directora. El niño no volvió a la escuela, abandonando su cuarto grado. Su familia era cristiana evangélica.

¿Qué seres humanos subyacen en el seno de las familias que oraban con euforía en "Un día, una nación"? ¿Qué relaciones ciudadanas se abandonan a favor de la euforia pública? ¿Qué conducta de espiritualidad superior actúa en los trasfondos de la agresión a la ciudadanía laica? Víctor Manuel Baquedano Barahona, ya encorvado y metido en un laberinto de inconsistentes versiones, me miro de reojo, miró de nuevo al suelo y me pidió disculpas, que lo perdonara..."Convoque por favor sus principios cristianos", me dijo. "No soy cristiano -le respondí-, y la categoría del perdón cristiano no es lo que busco en las capacidades legales para que pagués por la agresión a mi hijo. No te disculpo".

-En vista que el acusador no acepta las disculpas, prepararé el juicio oral y público para el 9 de agosto. Ambos tendrán que venir acompañados de su abogado -nos dijo la jueza.

Salí en busca de Esteban y Mayra. Esteban estaba nervioso, Mayra ansiosa. Continuaremos, le dije. Continuaremos.

F.E.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

No dejes en la impunidad este acto criminal de un seudo hombre de bien. Son falsos, tan falsos que no merecen ninguna consideración.

Anónimo dijo...

por favor prosiga en contra de este hombre. Aunque no llegue al final a conseguir que lo condenen (lamentablemente ese es el sistema hondureño) pero primero le demostrará a su hijo a defender sus derechos y si cada hondureño supiera lo que significa esto no habríamos nunca llegado a tanta corrupción y segundo esto alertara a otros padres y se conocerá quien es en verdad este sinvergüenza. Tarde o temprano esto lo afectará a él también. Saludos de una madre que siente con toda su familia.