Hoy me encontré esta sorpresa en la página de Facebook Centro Cultural Tina Modotti: uno de mis textos traducido por Antonio Nazzaro.
I libri che dicono che sono esistito hanno finito di bruciarsi
È bruciata anche la coppia che si baciava nel parcocon un cuore di ghiaccio sul punto di esplodere.
Mio figlio mi parla di dinosauri
senza immaginare
che sono estinto da molte ere.
In mezzo al fuoco
lo vedo come una bella vetrata
dai vaghi riferimenti sacri.
Gli spiego dunque chi siamo
senza essere quei rettili che non ci sono sopravvissuti
e che non sono riusciti ad amare con la poesia
né fare una foto della caduta del cielo.
Gli dico che molte cose si affrontano con sangue freddo
e che sotto l’acqua
le cose sembrano sogni
fino a quando qualcosa nel timpano si rompe
e ci avverte che dobbiamo tornare a riva
ad asciugarci per entrare nella casa che ormai non esiste.
Andiamo – gli dico -, piccolo velociraptor
attraversiamo la Pangea
prima che la deriva ci faccia irriconoscibili
e che la cometa cada sulla coppia che si bacia
nel parco più dimenticato di Tegucigalpa.
No sé qué decir cuando veo el pequeño corazón de un reptil de Fabricio Estrada (Honduras) espa/ita
Los libros que me dicen
que he existido acaban de quemarse.
También ardió la pareja que se besaba en el parque
con un corazón de helio a punto de reventar.
Mi hijo me habla de dinosaurios
sin imaginar
que llevo extinto muchas eras.
En medio del fuego
lo veo como un bello vitral
de vagas referencias sagradas.
Le explico entonces sobre quiénes somos
sin ser aquellos reptiles que no sobrevivieron
y que no lograron amar con poesía
ni tomar en fotos la caída del cielo.
Le digo que muchas cosas se enfrentan con sangre fría
y que bajo el agua
las cosas parecen sueño
hasta que algo en el tímpano se rompe
y nos avisa que debemos volver a la orilla
a secarnos para entrar a la casa que ya no existe.
Vamos –le digo-, pequeño velociraptor,
crucemos Pangea
antes que la deriva nos vuelva irreconocibles
y que el cometa caiga sobre la pareja que se besa
en el parque más olvidado de Tegucigalpa.
Traduzione: Antonio Nazzaro
Los libros que me dicen
que he existido acaban de quemarse.
También ardió la pareja que se besaba en el parque
con un corazón de helio a punto de reventar.
Mi hijo me habla de dinosaurios
sin imaginar
que llevo extinto muchas eras.
En medio del fuego
lo veo como un bello vitral
de vagas referencias sagradas.
Le explico entonces sobre quiénes somos
sin ser aquellos reptiles que no sobrevivieron
y que no lograron amar con poesía
ni tomar en fotos la caída del cielo.
Le digo que muchas cosas se enfrentan con sangre fría
y que bajo el agua
las cosas parecen sueño
hasta que algo en el tímpano se rompe
y nos avisa que debemos volver a la orilla
a secarnos para entrar a la casa que ya no existe.
Vamos –le digo-, pequeño velociraptor,
crucemos Pangea
antes que la deriva nos vuelva irreconocibles
y que el cometa caiga sobre la pareja que se besa
en el parque más olvidado de Tegucigalpa.
Traduzione: Antonio Nazzaro
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