Crónica de abril
Así en el mar como en la tierra
retrocedo
a la velocidad de un demonio al volante
y solo me detiene
el asfalto derretido por el verano
Avanzo en muñones
Adelante quedaron las huellas que fui
sembrando
Llego
a la casa de la transparencia
y quisiera dormir
casi muerto y resucitando
Aquí no hay ilusiones vintage
El pasado
lo confirmo es solamente pasado
sin camisetas o emisoras
para adultos contemporáneos
Se es viejo
y con la pintura arrancada a besos
Se es antiguo
y nadie va en busca de un tesoro
sin brillos ni mapas ni corazones arrancados
Aquí lo vintage
son los poemas que la rabia lanza al río
pastoso y verde
casi sepia de postales
el reflejo de tu rostro viendo desde los
puentes
Desciendo sin culpas que pagan sobrepeso
traje mis huesos y piel de camuflaje
No tengo más moda
que la nieve que baja del sol
y broncea el blanco de los ojos
Así me paseo en busca del punto ese
donde se apagan todos los sonidos
y escucho solo la
voz de mis fantasmas
Escucho tu voz
como gota de lluvia ácida en las vitrinas
te veo en los aburridos anuncios del banco
donde mis recuerdos aún abonan al capital de
la muerte
Termina el cielo
justo en la línea de la lluvia cortante
No sé con cuántos debí matarme
por una mirada de amor que no supe explicar
Miraba la debacle y me enternecía
miraba un pozo lleno de cadáveres hermosos
miraba por última vez
la basura que guardé -dulce holder-
y proliferó entre mis libros como coral
fantástico
Flamea una alberca azul turquesa
que apenas contiene
el roer de los tiburones
Toda la belleza contra sus dentelladas
alucinantes
Lo vintage no está en todo pasado
las carencias no flamean
Lo pasado tiene la devoción del crimen y sus
placeres ilícitos
flamea
un retazo de mar
se canta el himno de otras profundidades
y se premia a quien lo canta en el ahogo
Ahí nace lo vintage
en lo lejano
donde ninguna red social muestra el murmullo
de la patria del pasado.
F.E.
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