jueves, 10 de marzo de 2022

Batman, de Matt Reeves, reseña


El asunto pasa porque amo la fotografía, y no puedo dejar de pensar que el cine es eso, fotografía en movimiento. Si no capto eso desde el inicio y sólo veo layers tras layers de super efectos, pues... me duermo de inmediato. Cuando comienza una película capto la luz del lente, sus planos, sus profundidades, y desde ahí sigo. Batman, anoche en el cine, fue absoluto desde el inicio en ese aspecto. Así como no podía perderme un solo fotograma de West Side Story o de Amarcord (la vi de nuevo hace cuatro días, por enésima vez), de la misma forma estuve que no podía más que sentirme fascinado por la dirección fotográfica en Batman. Además, esa poderosa mezcla entre la atmósfera tipo Siete pecados capitales (Seventh), El Padrino, Mad Max Fury Road y el Drácula de Coppola, pues... no pude más que dejarme avasallar. Y sobre todo esto, su espectacular edición de sonido. Uff.
Me gusto mucho que el traje del héroe (igual en Gatúbela Kravitz) no tuviera esa exageración que se venía dando en la máscara, así como esa Ciudad Gótica que, siempre máscara de Nueva York, se nos presentaba sin lluvia. Es cierto que la impostura ideológica siempre funcionará sobre lo aparentemente similar (yuxtaposición, diría Zizec), Nueva York resulta otra, a la inversa, respecto a Ciudad Gótica. NY desaparece, al punto que los policías ya no son los silenciosos comparsas sino que son unos hooligans escandalosos queriendo rock and roll y tundas.
Y de este Acertijo? carajo, !qué Acertijo y con qué actorazo!!
Y del Batman Robert Pattinson... sin duda me hubiera encantado que todo ese desborde de psicología oscura hubiera sido llevada hacia el descubrimiento de que Batman siempre ha anidado la vida de un serial killer... y por poco que se lo dice el Acertijo. Así desenmascaramos al Santo, no es así?
Recomendadísima.


 F.E.

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