Foto: Fabricio Estrada
Denle paso a un
rompehielos
Por regla general,
son pocos los que existen y a quienes busco los invento.
Es así como atiborro los bares con amigos inéditos
le doy una oportunidad
a esos negocios siempre solos y en quiebra donde se amanece
con puñales
y el canto es un corrido anunciando muerte.
Vuelvo a abrir la boca para esfumar todos los nombres
vuelvo a ir de frente como un rompehielos que organiza el mar
a babor y estribor
para que me sigan las sombras y hacer aparecer ante mis ojos
trozos de invierno
témpanos confundidos en el abrazo de las noches.
Por eso lo necio de palpar la pátina de las paredes
como un ciego precoz o un niño aberrado que
con pinceles ajusta la piel
sega
sega pasión por los colores más íntimos de la carne.
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