Así como el ser humano, así la poesía sobreviviente. Sobreviviente de sí misma, de sus propias atrofias en busca de crear "la figura única e indescifrable" y de sus ditirambos sin alma. Busca todo aquello que tiene alma, le decía Van Gogh a su hermano Theo, y en estos textos del poeta español Francisco Múñoz sí que la hay, pletoricamente. Porque lo que aquí leemos es un auténtico cuadro clínico interpretado por la sensibilidad poética de Francisco, provista de la humildad que él mismo llama a tener desde la cama paciente del paciente. En el transcurso de una dura recuperación del cáncer, el poeta Francisco Múñoz fue describiendo el proceso a palabra viva, todo lo contrario al memento mori de los encumbrados romanos en triunfo, sino que a ras de la sala del hsopital que urgía el memento vivere!
Los siguientes textos forman parte de su poemario Implosión, 2017:
UNA IMPLOSIÓN, y mis mundos sutiles
cayeron como destellos unos sobre otros
en toda su plenitud, acumulando escenarios
en el fondo de la no vida,
construyendo elementos diversos
propios de un caos organizado,
exponencialmente se unían al arbitrio
de secuencias modificadas en alientos,
en su unidad imperfecta, sus sutilezas
forjaban una aleación de fortaleza,
no serían gritos en el vacío.
NO SER un grito
en el vacío
que engulla los deseos,
merecer el placer
que ansia el alma,
dotarla de dignidad
y esencia de belleza,
sin lamentos en el esfuerzo
en el camino
está la recompensa.
NO SER un grito
de estética huera
ausente de alma,
fortalecer las palabras
con contemplación,
significado y estudio
para no temer
el desahogo emotivo,
entregarse con honestidad
y cuidado en todo tiempo
a la palabra precisa
provista de humildad
y espíritu.
¡TANTA VIDA! ¡Tanta vida!
alborada, la mar, sueños
que sanan ríos tóxicos,
luz primigenia, el alma
desde la raíz creadora
se enfrenta al mundo
como un alborear difuso
pendido de su cuerpo,
¡Tanta vida!, roja sin oxígeno
rumor de agujas en las alas,
lo íntimo, las palabras, la mar
en su cresta, el espíritu.
NACER sin pecado
es el signo
impregnado del don
más necesario,
la dignidad;
para manipular
mantras de poder
acercarán el ascua
a su sardina;
no se puede
alcanzar paraísos
si no se es digno.
SÚBITO, un
parpadeo,
un destello, un
incendio
acuoso sin oxígeno,
invadido de células
pantagruélicas de vida,
abismo sin freno,
la voz, el espíritu
en su creencia
de plenitud sin horas
en búsqueda de espacios
innombrados pero ciertos,
de palabras precisas,
de conceptos nuevos,
de un tiempo audaz
exponencialmente moderno.
¡Cuánta vida por descubrir!
¡Cuántos proyectos! ¡Cuánta hermosura!
Para pioneros del encuentro,
de un vértigo renovador
en tecnologías y pensamientos,
¡Cuánto futuro!,
de quimeras inteligencias,
y en los cauces venosos
menguada vida fluye,
en la inquietud
del hombre homérico
de Itacas, de esos tiempos.
ANHELO AL ALBOREAR EL DÍA
pasear hasta la playa
y observar la orilla que declina,
disponerme a viajar a mi memoria,
que se abre como una aurora
porque la gravedad de la herida
no es penumbra hueca, sino espacio
de abertura que navega desde la orilla
hasta los océanos donde se divisa
la Cruz del Sur con su belleza,
en el círculo del agua ordenar
constelaciones, escuchar el silencio,
en ese
tiempo cósmico
-un segundo hecho de memoria-
en el cual somos el uno y el otro,
en el tiempo y el espacio ajenos
a la sentencia de Horacio.
DESCANSO NECESARIO
(Ojalá sea lejano)
No se pararán el sol ni las emociones
que mueven el mundo,
en el funeral me trasladarán
a la cercana iglesia a hombros
de dolor familiar, ante miradas
indiferentes o atónitas, preguntándose
quién es el difunto,
ya ausente de arrogancia humana
de cualquier emoción absurda
seré recuerdo de futura ceniza.
Y la tarde transcurrirá rutinaria y ajena.
Francisco Múñoz Soler, Málaga (1957) Tiene una amplia obra publicada en países como España, México, Perú, El Salvador, Estados Unidos, Venezuela, Cuba e India. Ha sido traducido al inglés, italiano, árabe, alemán, rumano, assamese y bengalí.
Su poesía es intimista, cargada de fina sensibilidad, impactante y que invita a la reflexión. Es un poeta con ansias metafísicas, a la búsqueda de su propia personalidad, centrado en el yo lírico y en ese mundo íntimo que quiere manifestar como testimonio de su existir. En la búsqueda de la expresión está su mayor logro. En ella está su conquista, su insaciable apetito de Ser y proyectarnos sus angustias, desastres y tensiones. Se puede definir su estética como poesía del Asombro, poesía que admira, o se maravilla con los que antes se legitimaron. Su yo lírico, su yo íntimo que nos ofrece testimonio de su existir, nos muestra, con su compromiso ético, la existencia de la otredad en sus poemas de crítica social. Una poesía universal que se abraza a la sed de justicia, de paz, y que enarbola la bandera del amor.
Su obra aparece recogida también en antologías y en Internet. Es el organizador del Ciclo Poético Plenilunio en Málaga.