Al llegar al Centro Penal de Comayagua, incendiado
la medianoche de ayer, Pompeyo Bonilla, Ministro de Seguridad de Honduras,
confirmó en declaraciones a los medios de comunicación, que los equipos de
la Policía de Investigación y Medicina Forense, llevan contablizados unas
356 víctimas, aunque existe la posibilidad de que hayan algunas más.
Bonilla intentó explicar a los centenares de
familiares de los internos muertos (carbonizados y otros por asfixia), que
rodean el Centro Penal, que el proceso de reconocimiento de los cuerpos de
los fallecidos, será muy lento; pero como es comprensible, el dolor que
experimentan les impide comprender cualquier tipo de razones o justificaciones,
que se argumenten para no entregarles inmediatamente a sus parientes.
Su incapacidad de colocarse en el lugar de los
dolientes, hizo que el ministro Bonilla se retirara casi de inmediato del
lugar, e ingresara rápidamente al Centro Penal, hasta donde habían llegado a
tomar el control de la situación, en horas de la madrugada la viceministra
Coralia Rivera, el Director de Centros Penales, Comisionado Danilo
Orellana y el vocero de la Secretaría de Seguridad, comisario Hector Iván
Mejía.
Como los medios de comunicación tuvieron
acceso al lugar, inmediatamente después de producirse la tragedia y difundieron
testimonios de los internos sobrevivientes sobre lo ocurrido, las versiones
oficiales de las autoridades no podrán distanciarse de los hechos narrados por
los propios protagonístas de la tragedia.
Aunque durante la gestión del ex Ministro de
Seguridad, Gautama Fonseca, el Centro Penal de Comayagua se consideró lo más
cercano a una cárcel modelo, porque muchos de los privados de libertad podían
desarrollar actividades productivas que les generaban algunos ingresos para
apoyar a sus familias; sus condiciones físicas eran casi tan deplorables como
el resto de los centros penitenciarios del país.
Los comunicadores sociales que describian
compungidos y horrorizados lo que lograban atisbar enmedio de la oscuridad
esta madrugada e insistían en señalar el hacinamiento en que se
encontraban los internos, camarotes improvisados hastra de cinco niveles,
donde los últimos de la parte superior, casi pegaban sus rostros al techo
de las celdas.
Ellos y sus entrevistados se preguntaban
instentemente por qué las autoridades del penal no abrieron las celdas,
para movilizar a los internos a otra parte de las instalaciones pues hay
espacio para haberlo hecho y permitieron que se produjera tan grande tragedia.
Denis
Castro: “Cárceles de Honduras son cuevas donde se almacenan seres humanos”
Tegucigalpa - El experto en Medicina
Forense, Denis Castro Bobadilla, dijo que las cárceles de Honduras son cuevas
donde se almacenan seres humanos y lamentó la indiferencia gubernamental para
abordar esta problemática.
Agregó que “aquí lo que hay es un
bodegaje de personas y es la triste realidad”.
Para Castro Bobadilla, el fin supremo
es la persona humana, pero en Honduras lo único que importa es cobrar los
impuestos para sostener el Estado de Derecho.
“Los seres humanos aquí se entierran
por volquetas y en bolsas plásticas, con un estado de desprecio que no tiene
límites”, lamentó el forense.
Castro Bobadilla sugirió a los
familiares de las víctimas que revisen bien el cadáver que le entreguen las
autoridades y que se aseguren con autopsias que corresponden a la de sus seres
queridos.
Las declaraciones del doctor Castro
se dan después de la muerte de más de 270 personas en el centro penal de
Comayagua, quienes fallecieron calcinadas y asfixiadas en el siniestro.
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