domingo, 25 de septiembre de 2022

Museo del Hombre Hondureño Pos Narcodictadura


 Había olvidado que no teníamos energía eléctrica y que el motor del generador suena como una larga barrida de ametralladora en el frente del Donbass. Estaba a punto de iniciar la grabación del podcast y, bueno, por un intersticio de mi subconciente entró la realidad: imposible grabar con el ruido posFiona. Decidí, para liberar energía creativa, entrarle a crear  este collage en photoshop.

La intervención es sobre un registro del curador de arte hondureño Carlos Lanza, quien entró a las ruinas del calcinado Museo del Hombre Hondureño. No solo imagino: siento su dolor al recorrer los salones destruídos y casi puedo advertir al fantasma de mi querido Juan Manuel Posse (ya fallecido), quien fuera el Director del Museo y principal gestor de su renovación. La foto que me sirve de enlace poético es la famosa Holland House, de Londres, destruida durante los bombardeos nazis en la Segunda Guerra Mundial. 


Esta segundo collage de los interiores en ruinas, tomo como referencia al Santo, en una sesión de fotos que le realizara a Pavel Núñez en el año 2014. 


F.E.

jueves, 22 de septiembre de 2022

Occidente ante su propio silencio

 



La primera vez que me dediqué a ver a fondo la guerra civil en el Donbass, fue en el 2015. YouTube y su algoritmo aún dejaba ver con cierta fluidez los videos de los combates en el aeropuerto de Donestk y en la línea de defensa de los separatistas. Ese año mantenía mi seguimiento a la guerra en Siria y me sorprendió el nivel pesado de los combates, pero sobretodo, me impactaron los videos de mujeres dándole bofetadas a soldados ucranianos hechos prisioneros.

Me pregunté a qué profundidad estaba sucediendo ese dolor y decidí bucear por más videos, y fue entonces que di con los bombardeos a las ciudades de Donestk y Lugansk. Ahí estaban aún, los cañonazos y misiles cayendo sobre barrios residenciales llenos de civiles, en el 2015. Creí que eso no volvería a a ocurrir luego de la carnicería en Sarajevo, pero ahí estaban los videos de gente despedazada en los parques y en sus apartamentos. No era el año 2022, era el año 2015. El golpe de Estado de Maidán hizo que el poder de fondo neonazi tomara el control de las cosas, luego de años de presencia en la calles de toda Ucrania, y mucho más en el Donbass. La cobertura a esta guerra estaba absolutamente fragmentada y claro, palidecía respecto a la Siria, y se ocultó aún más cuando sucedió el derribo del avión de pasajeros de Malasya Airlines (vuelo MH17), en el que occidente, a una sola voz, se apresuró a acusar a Rusia y a los separatistas por el asesinato de 298 personas.

A partir de ese momento, la avalancha del algoritmo giró por completo para tildar de terroristas al movimiento separatista. Los bombardeos a civiles se duplicaron por parte del ejército ucraniano, que mantuvo siempre como punta de lanza los batallones neonazis, quienes en principio alistaron a la mayoría de sus militantes como voluntarios paramilitares y que, ahora en plena guerra en el 2022, se articularon en fondo y forma con el Ejército de Ucrania; y con justa lógica, ya que ellos han sido los de mayor experiencia de combate en la región.

Hoy que veo el renovado bombardeo a Donestk, luego de que sus autoridades anunciaran el referendum para unirse a Rusia como territorio indivisible, veo en cada persona destrozada en las calles, la consolidación de aquel terror inconcebible en  2015 , pero que hoy, con el silencio instrumentado como arma de guerra, se vuelve daño colateral, a pesar de que los partes de guerra testifican el fuego dirigido desde las posiciones ucranianas.

Hoy el líder checheno Ranzam Kadirov le ofrece a Rusia 50,000 tropas chechenas más para que se sumen a los 300,000 reservistas que Vladimir Putin ha llamado a filas. No queda duda que la guerra aumenta de temperatura en la medida que el invierno enfría inexorablemente los escenarios de combate. Las posiciones de invierno en ambos bandos deben conquistarse ahora para relanzarse en primavera con posición ventajosa. Aunque esté claro que Rusia puede tener muchas posibilidades más para la guerra en la nieve. Solo falta dar un repaso a todo el entrenamiento que han tenido sus tropas árticas en los últimos 5 años. Y hablo de las tropas árticas ubicados en la zona occidental de Rusia, no de las legendarias reservas siberianas.

En fin, ya no hay silencio capaz de acallar lo que es una verdad a voces: la OTAN está a punto de romper un equilibrio de supervivencia en su "era de abundancia" -como lo dijo Macrón-, y está ante la disyuntiva de una guerra donde debe dar la cara o seguir utilizando a Ucrania como ejército diferido.

Los niños de la fuente de Stalingrado podrían estar en su ronda de nuevo, y el cocodrilo posmoderno y acomodado a los espejismos, ya siente que no solo debe despertar sino que enfrentarse a su supervivencia como paradigma civilizatorio. Y eso es algo que otra civilización le está confrontando: la rusa.


F.E.




martes, 20 de septiembre de 2022

Barber shop en medio de huracán

 "Quizá no sirva pa' mucho, pero soy bueno jugando Call of duty on line", le decía el jovencito a su barbero

"Te recomiendo la división de drones de combate en Fort Bennings", respondía el barbero dentro de aquel bus chatarra acondicionado para Barber Shop

A dos kilómetros se inauguraba el mejor cementerio de veteranos de la isla

La calaveras relucían como medallas de plata entre la verdísima grama

"Pero dicen que ya no aceptan a los de Call of duty", reflexionó el nene, "hay mucho shooter que dice haberse aventao a disparar por Call of duty", dijo entre dientes

"Pero no se quite, pana", refutaba el barbero, "si ya tienes Modern Combat 5" nadie te detiene, a las millas te vas pal draft"

A dos kilómetros las palmas sentíasn escalofríos

las palmas trasplantadas suelen tener escalofríos en cementerios nuevos

nadie lo nota, pero a las palmas no les gusta su papel en las maquetas de la muerte.

Ya con el corte pa el video, el nene paga al barbero

"Viene otro huracán", le dice, "quizá me toca estar en refugio esta noche.. mi familia siempre tiene el agua hasta el estómago

el estómago de mi familia es como el ojo de un huracán

un ojo de huracán que no sabe cuanto destruye alrededor

pero nada, es pacífico, 

es solo vacío".


F.E.

sábado, 17 de septiembre de 2022

Episodio 94: Días de hemeroteca 1982, Segunda parte

 

El ocultamiento de lo que pasaba dentro de Honduras en 1982 llegó a tal grado que los medios alcanzaron un nivel de cinismo solo alcanzado hasta el 2009, año del golpe de Estado. Esos mismos medios intentan tergiversar hoy lo que en Honduras se vive, sobre el crimen de la reciente narcodictadura, sobre la aún no resuelta justicia para con las víctimas de los años ochenta.

Estas es una crónica directamente sacada de mis visitas a la Hemeroteca Nacional de Tegucigalpa. Si los hechos no coinciden con la verdad, es porque la verdad nunca coincidió con quienes la inventaban.


https://drive.google.com/file/d/15QKtSWwWkthK-ecdxM16bj1SAjl_ptTJ/view?usp=sharing

domingo, 11 de septiembre de 2022

Episodio 93: Días de hemeroteca, adendum al año 1982


Lo que los invito a escuchar a continuación, aparte de ser un capricho interpretativo, es el producto de haberme sumergido en la hemeroteca Nacional de Honduras durante el año 2014, enfocado, exclusivamente, en el año 1982 ¿por qué sólo 1982? Porque me interesaba saber el ambiente que sostenía la creación de dos hechos claves en esa década: la participación de Honduras en el mundial de fútbol en España y la toma de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés por parte del Movimiento Guerrillero Los Cinchoneros, el 17 de septiembre, día del maestro, hace 40 años.

 Llegado a ese punto, donde el ocultamiento triunfó, me hice una pregunta: Si la prensa fue capaz de hacer de la verdad mentira, ¿por qué, con el juego satírico de la poesía, no podía tener derecho yo a interpretar como me viniera en gana esa mentira como verdad?


 https://drive.google.com/file/d/10speCfqGnpLydrjLInanVxYOO1_riogS/view?usp=sharing

lunes, 5 de septiembre de 2022

Honduras y su gran posibilidad de socialismo democrático

 






 En el ánimo de los positivistas liberales de Centroamérica, en el siglo XIX, siempre pesó la idea de que toda la región estaba escasamente poblada y, por lo tanto, con insuficientes fuerzas productivas. Y no es de dudarlo: la empresa de la invasión y conquista europea impactó con suma violencia en el otrora densamente poblado territorio maya de Guatemala, en el también muy poblado señorío de Naco, Honduras, en la animosa y fuerte población pipil salvadoreña, en la costa de la Veragua nicaragüense que se extendía a lo largo y ancho de la luego llamada provincia de Guanacaste, en Costa Rica y ni qué hablar de las enormes poblaciones del Golfo de Darién en Panamá profusamente utilizadas por los invasores como portadeadores, antes de que existiera el canal. El despoblamiento por muerte física o desplazamiento territorial fue de tal alevosía que, sumado a las políticas exclusivistas de las élites criollas, impidió crear un proyecto de desarrollo europeo entre la población indígena que, desde el principio, inauguró el cimarronaje para luego nutrirse de los miles de esclavos africanos recién llegados.

Costa Rica fue la primera provincia en reunir su idea identitaria en un territorio consolidado, la meseta central. Esa identidad estaba regida por la visión reductora de la blanquitud. Muy pronto, una vez lograda la independencia de España, los líderes políticos costarricenses, imbuidos en la superioridad de ideas del positivismo liberal, se enfocaron en el intento de replicar la visión del caudillo argentino Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) detallada en su Argirópolis, donde propone crear una ciudad capital blindada de neutralidad “para conciliar los intereses y la libertad de los estados confederados” del Río de la Plata. Como escribe Eugenio Rezende de Carvalho[1], esta propuesta argumentaba un medio para alcanzar “libertad comercial, y esta aseguraría la prosperidad, riqueza y dinero”. Y claro, sin el “lastre” de los pueblos originarios que no querían incluirse, por sus propias tradiciones, al proyecto europeocentrista.

El fervor de Sarmiento -especie de espejo de la conquista de la frontera estadounidense- se convirtió en la práctica en un avasallamiento de las poblaciones del desierto argentino del tipo solución final a las causas que él identificaba para el subdesarrollo de las provincias del sur. Ese desierto, ya extrapolado, radicalizó a los políticos positivistas de Centroamérica para impulsar sus propios métodos de blanquitud y de impulsar el progreso sobre los intereses ancestrales de la aún enorme, aunque dispersa, población indígena remanente del genocidio conquistador. La mayoría de nuevas naciones centroamericanas posindependencia (15 de septiembre de 1821), llegaron a adoptar los colores de la bandera de Argentina como un guiño afectuoso a la utopía de Sarmiento. La paradoja es que solo Costa Rica decidió sus propios colores para su bandera, para afirmar aún más su neutralidad, posición política llevada a ultranza en la negación de apoyar a conciencia la República Federal de Centroamérica que, por 10 años, enarboló y presidió el hondureño Francisco Morazán, quien incluso murió fusilado en la Plaza Central de San José, Costa Rica, el 15 de septiembre de 1842. La idea de progreso, entonces, sufrió su primer gran cisma republicano en una fecha altamente simbólica.

Honduras quiso intentar las reformas liberales a través de su promotor, el presidente Marco Aurelio Soto (1846-1908) quien se apoyo en el fervor liberal del pensador hondureño Ramón Rosa (1848-1893), el mismo que años después de iniciado el impulso tuvo que reconocer que el Estado de Honduras no tenía capacidad de penetración en todo su territorio. Y es que para efectos de contextualizar geográficamente, Honduras fue desde su nacimiento el estado centroamericano con más fronteras, seis en total, y debido a esa incapacidad de presencia estatal razonada por Rosa, tuvo permanente injerencia política de sus vecinos una vez que se identificaba qué presidente era beneficioso para Nicaragua, El Salvador o Guatemala, sucediéndose así invasión tras invasión o apoyo económico o de armas a los alzados contra el gobierno central a través de los años. No he mencionado aún el enclave bananero estadounidense porque es necesario puntualizar que la visión de los liberales del unionista Francisco Morazán ya planteaba la necesidad de promover el estímulo a la colonización de las grandes extensiones de tierras sin producir, y los colonos en que siempre pensaron fueron los estadounidenses, a quienes consideraban los adecuados para transferir, en las concesiones posibles, la industria y conocimiento técnico que tanto necesitaba Honduras. Marco Aurelio, así, abre las puertas a las masivas concesiones bananeras.

Las bananeras

Honduras, a diferencia de la concentración productiva costarricense en su rica meseta central, posee un territorio mucho más grande y montañoso, incrustado de ricos valles completamente aislados por las serranías. Su tierra no está nutrida por la acción volcánica ya que es el único país del istmo que no posee volcanes[2]. Sus valles, desde el principio de su existencia moderna, fueron repartidos entre familias criollas que monopolizaron hasta la fecha su productividad. El resto del territorio es de vocación forestal. Enormes extensiones de pinares. Sin embargo, el espíritu de Sarmiento trasladado por, la desde aquellos años considerada ejemplo de nación, Costa Rica, prendió con igual intensidad en la casi inexistente cúpula burguesa de Tegucigalpa, aunque con posibilidades destinadas al fracaso por su falta de proyección a lo largo y ancho del país. El militarismo de caudillos locales ultraconservadores tomo posesión una vez que Morazán fuera fusilado en San José, y un retorno de la influencia eclesiástica -enemiga de la unión centroamericana- hizo que Honduras se encerrara y experimentara con su propio liberalismo vernáculo y montaraz.

La última estampida de las balas que mataron a Morazán inició un periodo de cien años de guerras civiles, levantamientos o revueltas de diferente índole, lo que da una idea de la desproporción fragmentaria en que cayó la incipiente nación. Un contraste absoluto respecto a la cohesionada Costa Rica. Y lo que es más grave, sin la mínima posibilidad de proponerse como neutral en todas sus expresiones políticas. El país con más fronteras se diluyó existencialmente entre la vida ermitaña de la poquísima población desperdigada por el cimarronaje y las aspiraciones territoriales de los demás países vecinos.

Las bananeras, como monocultivo estadounidense, llegó a romper la lógica de producción ganadera imperante hasta entonces[3] y supuso la creación de un enclave transnacional que convocó a trabajadores desde El Salvador, Jamaica, Guatemala y Nicaragua, al punto de convertir a Honduras en el mayor exportador de banano del mundo, superando la producción de Ecuador, Guatemala, Cuba, Costa Rica y México en conjunto. Ahí es donde nace el mote de “Banana Repúblic” ya que la injerencia directa de las compañías transnacionales como la Stándar Fruit Company o la Tela Railroad Company, sometió bajo soborno a la voluble y pequeña clase política del país. “En Honduras una mula vale más que un diputado”, llegó a exclamar Samuel Zemurray, dueño del mayor oligopolio bananero.

A principios de la década de los 50, Estados Unidos, en su estrategia anticomunista, crea el plan de seguridad hemisférica que comprende la profesionalización de las Fuerzas Armadas de Latinoamérica, creando, en el caso hondureño, la Academia Militar Francisco Morazán (vaya paradoja). A partir de ese momento inicia la existencia de un estado paralelo en la cual el estado prácticamente se subordina a la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas. Una serie de golpes de Estado iniciados justo durante la "profesionalización", termina en el año 2009 con el golpe a Manuel Zelaya Rosales. Doce años después de atravesar una doble dictadura, Xiomara Castro llega al poder mediante un masivo voto que expulsa a Juan Orlando Hernández, quien detentó el poder mediante una combinación de terrorismo de Estado y paramilitarismo de narcotráfico. Hoy, Juan Orlando Hernández, ya extraditado, espera juicio y sentencia en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.

El contraste entre Honduras y Costa Rica que doy como referencia, da una idea de cuál es el horizonte que se eleva sobre Honduras, dado que, Costa Rica, sigue siendo reconocido como el país centroamericano con mayor amplitud democrática, a pesar de sus notorios problemas de clasismo y racismo, algo que en Honduras está exacerbado por el generalizado cimarronaje que la funda, debido a la ausencia sempiterna de instituciones, órganos ciudadanos una y otra vez socavados.

La posibilidad de crear, y no de reformar, la posibilidad de cimentar, y no sanear algo inexistente, es la verdadera empresa que asume Xiomara Castro en su proyecto de socialismo democrático. La amplia base que le dio su apoyo para expulsar la sangrienta dictadura del Partido Nacional (hay cifras que aseguran más de 40 mil muertes violentas durante este periodo), espera el castigo de la impunidad y la primera acción global de distribución efectiva de los beneficios del estado. Las arcas fueron saqueadas, la cultura del miedo, la anomia, la sospecha campea pos trauma, y aún así, hay todo un entendimiento de que Honduras debe iniciar ya su camino hacia un desarrollo humano que llegue incluso a retar su propia historia.


Fabricio Estrada

Junio 2022


[1] La utopía identitaria en Argirópolis de Domingo F. Sarmiento, Eugenio Rezende de Carvalho, Universidad Federal de Goias, UFG, Brasil http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1794-24892014000200013

[2] Marcel D’Ans, Honduras, dificil emergencia de una nación, de un Estado

[3] El escritor hondureño Medardo Mejía afirma que la hondureñidad desciende directamente de los arrieros de ganado.

domingo, 4 de septiembre de 2022

Episodio 92: España 82 y el grito más fuerte de Honduras


 De antemano, les pido disculpas por las omisiones en nombres de algunos importantes protagonistas. Algo tan portentoso como el primer mundial de fútbol para un país como Honduras hace que las neuronas salten de felicidad al recordar y se pongan delirantes (como ya lo comprobarán). Confío en que su memoria llene esos vacíos y que, por igual, me acompañen en la reflexión sobre nuestras taras identitarias. Buscar esas taras es lo mismo que la niña que se busca tras el espejo en el poema de Antonio José Rivas.

Bienvenidxs a esta máquina del tiempo donde su memoria es la que pone la música.

https://drive.google.com/file/d/1eIjUYpEGxVBIg2DCi6KTEJePRhHfaPsD/view?usp=sharing