viernes, 25 de febrero de 2022

Apuntes sacados de un chat sobre el por qué diablos Rusia acusa a Kiev de nazi

 

Cuando Hitler invadió la URSS en 1941, el ejército alemán fue recibido como libertador en Ucrania, Letonia, Lituania y Estonia, por varias razones:

Intro

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Letonia, Lituania y Estonia se resistieron a ser parte de la URSS en la guerra civil, tras la caída de los zares en la revolución bolchevique. Es más, estuvieron en el bando de los ejércitos blancos contra el ejército rojo. Estos ejércitos blancos contaban con el apoyo de las monarquías inglesas, austrohúngaras, holandesas, suecas... todas emparentadas con la familia de Nicolas II, el zar. Ya con esto vemos por qué los actuales europeos siguen apoyando cualquier intento de debilitar a la Federación Rusa, a la que consideran heredera de la URSS. Una revancha bastante dilatada, diría.

Intro

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El caso de Ucrania es que fue creada tras la revolución bolchevique

Intro

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Y ahí vivía una alta población de origen alemán. Los zares les ofrecieron tierras a mediados del siglo XIX

Intro

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También habitaban los cosacos del Don (actual zona del Donbass y Lugansk en disputa)

Intro

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Estos cosacos se unieron a los anarquistas durante la guerra civil contra el ejército rojo (1920-1926)

Intro

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Así que cuando Lenin decide crear la República de Ucrania tras la victoria en la guerra civil, quedan dentro de ella estas dos culturas

Intro

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Los descendientes alemanes son los que reciben con alegría a los nazis en 1941, y colaboran con el gobernador nazi.

Intro

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De ahí quedó muy marcada Ucrania, al punto que los guardias más feroces en los campos de concentración eran ucranianos, y fueron los que más atrocidades hicieron contra soldados rusos prisioneros y judíos

Intro

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Se nazificaron a fondo!

Intro

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Y eso por el odio a la URSS

Intro

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Ya nos podemos imaginar lo que vino tras la victoria rusa en la guerra contra los nazis

Intro

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Todo ese peso histórico volvió a surgir en el golpe de Estado del 2014

Intro

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El ala ultraderecha de Ucrania tomó el poder sacando al presidente pro ruso y anunció que Ucrania iba a buscar pertenecer a la OTAN

Intro

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Las organizaciones neonazis empezaron a mostrarse con más fuerza en las calles y en todo el territorio, invocando su vieja tradición de 1941

Intro

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El gobierno los alentó

Intro

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Y ahí fue cuando los pro rusos de Donbass y Lugansk decidieron separarse y comenzó la guerra civil que ha desembocado en esto

 F.E.

jueves, 24 de febrero de 2022

Si Taiwán fuera problema ruso...

 

Europa ha temido siempre a Rusia, su propia vastedad, independientemente de su ideología en el poder, pone en incertidumbre el pedacero que es, y ese temor es el que empuja a la idea eterna de colonizar a Rusia. Los nazis lo intentaron durante cuatro años, porque los alemanes fueron confinados a Europa y sus colonias de ultramar arrebatadas al final de la primera guerra mundial. Hitler encontró en su Lebensraum (espacio vital) la salida perfecta a su falta de colonias en ultramar: invadir Rusia, colonizar Ucrania.

Resalto el ejemplo alemán porque detrás de Alemania todas las naciones europeas han pensado eso de Rusia. Los rusos, mientras tanto, han pasado los cambios más vertiginosos:  de imperio zarista a la revolución bolchevique, de lo bolchevique a la guerra civil, de la guerra civil a la URSS, de la URSS a sobrevivirle a la invasión nazi, de Hitler al Stalinismo total y de ahí hasta la disolución y el nacimiento de la Rusia moderna. Los rusos han estado en el centro de toda esa fragua y no se han disuelto en pedazos, es decir, no perdieron los enormes territorios históricos de su origen, en cambio todas las naciones que formaban la URSS siempre fueron pequeñas, e incluso nuevecitas, como es el caso de Ucrania.

Resumo: la alta identidad rusa y su vertiginosa historia les ha dado una idea exacta de su presencia en la historia, y ese recorrido le ha dado su propia idea civilizatoria… y la van a defender tanto o más que la nuevecita Estados Unidos de América.

La OTAN es muy fuerte si actúa unida, pero Trump les dio razones para no depender más de USA.

Este momento es complejo para ellos porque no están muy seguros de cómo enfrentar semejante solidez de Putin. Biden es un anacrónico y débil líder, y en Alemania hay transición de gobierno. Francia tiene más dudas que nunca de la sociedad con Estados Unidos por la traición que USA le hiciera en la venta de submarinos a Australia cuando el negocio era francés: simplemente les importó un pepino, los sacaron de la venta acordada.

Los peligrosos son los polacos y los húngaros: estos podrían atreverse a apoyar a Ucrania, porque detestan a los rusos, y ahí que la OTAN tiene su excusa para actuar.

En fin, el intento de golpe en Bielorrusia y el intento de insurrección en Azerbayán han sido las muestras claras de lo que ha pretendido Estados Unidos para aislar a Rusia. Y Rusia, en síntesis, está haciendo lo que cualquier potencia está obligada a hacer. Es más, creo que Putin ahorita es más potente que los chinos, porque si Taiwán fuera problema ruso ya lo hubiera solucionado.


F.E.

domingo, 20 de febrero de 2022

Nadie lee las letras pequeñas de la paz


 Esta foto fue tomada por un corresponsal de National Geographic, en la Tegucigalpa de 1983. Me sorprendió descubrirla como portada de una de las viejas revistas NG que se venden en la Plaza Central de Tegucigalpa, alrededor del 2017. La vi y me dio un vuelco el corazón al recordar que yo tuve esa misma camiseta que luce el niño. Su diseño era uno de esos mensajes que circulaban como adoctrinamiento "democrático" en medio de la más férrea acción de la Doctrina de Seguridad Nacional anticomunista. El lema era aquello de que Honduras celebraba la paz, remarcando el concepto de "oasis" en medio de las guerras fraticidas de las demás naciones hermanas en el itsmo. Y claro, la etiqueta, en letras pequeñas  podía decir otra cosa: desde Honduras se creaba la intervención para que nuestras naciones hermanas se incendiaran y desangraran. Nadie lee las letras pequeñas de la paz.

Tuve esa camiseta hasta que se le hicieron agujeritos, similares a los agujeros que las balas le hacen a las paredes de cal. También recuerdo esa pelota de plástico que se sostiene como globo terraqueo hecho de puros meridianos. No sé qué hora hacía en esa foto, pero sí sé que fue tomada en una esquina de la cuesta de Las Damas, en el centro de la ciudad. Reconozco ese caracol sobre el que la niña observa. Reconozco ese derrumbe lento de la manpostería, las piedras sueltas de la indiferente Tegus.

viernes, 18 de febrero de 2022

Episodio 73, Mary Lester en Honduras, 1881

 

¿Sabía usted que el nombre de Honduras no solo tiene una sola versión de origen? ¿Sabía que en Goascorán se bailó una danza exclusiva de los muleros? Del libro "Un viaje por Honduras" (1881) de la inglesa Mary Lester, regresamos a una fuente posible de nuestra idiosincracia más profunda.

https://drive.google.com/file/d/1yawQbjvYIKcyNmqhvzKpXltcfRpEnE5L/view?usp=sharing

jueves, 17 de febrero de 2022

El pasillo de la justicia al final de una narcodictadura


 Al lado izquierdo de la foto, el corazóncito de apoyo a joh por parte de una de las funcionarias de la Corte Suprema de Justicia. Sí, la foto resume toda la tragedia y el tamaño de disociasión que supo levantar la narcodictadura en 12 años. Un Estado cuyo máximo órgano de justicia fue desmantelado y recreado para proteger a su cabeza, el narcotraficante que superó a pablo escobar gaviria en carrera política. Si juan orlando o escobar tuvo más dinero no se discute, hablo de la exitosa dualidad político-criminal que se convirtió en ley en Honduras. La escena, al continuar (este es un fotograma de video) muestra a los otros funcionarios aplaudiendo a su líder cuando pasa frente a ellos. En las afueras del establecimiento, un fuerte grupo de partidarios de base del partido nacional gritaban sus consignas de apoyo. juan orlando saludaba, y su sonrisa se traslucía sobre la mascarilla anti covid, anti historia, anti realidad.

 






Una foto en el altar de la lluvia


Esta es una de las fotos más dolorosas que he podido tomar. Fue en San Cristóbal Totonicapán, Guatemala, durante el Festival Internacional de Poesía de Xela, 2012. Los poetas inivitados a esa sede, Francisco Morales (Guatemala), Jonatán Lépiz y Monserrat Artavia (ambos de Costa Rica) y yo, esperábamos dentro de la iglesia San Salvador a que amainara una fuerte tormenta que hizo casi imposible la presencia de público en la pequeña plaza. 

Siempre curioso de los altares, quizá por aquel primer sentido del gusto en que mi abuela me educó respecto al cómo se mide la importancia de un templo católico (su arquitectura), me di la vuelta y vi a la muchacha maya quiché entrar con su recién nacido, cargado y envuelto a sus espaldas. El templo, completamente vacío, dejó escuchar su llanto. Arodillada, lloraba y rezaba sin parar en su idioma. Me hizo recordar la devoción que miré de niño cuando llegábamos en excursión a Esquipulas, en plena guerra civil entre 1982 y 1985. Inmensas filas esperaban el adoratorio del Cristo Negro y yo escuchaba por primera vez las tantas lenguas mayas, ignorando por completo que en esos mismos días Otto Pérez Molina y Efraín Ríos Montt lanzaban a los kaibilis contra el pueblo quiché, en un genocidio espantoso cuya mayor expresión fue la matanza en la aldea de Dos Erres (https://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_Las_Dos_Erres ).
Mientras la lectura de poesía se demoraba y apenas lograba dar una patética idea de lo que nuestra palabra podía lograr, adentro, frente al altar, la muchacha se puso de pie y dejó de llorar. Se inclinó como despedida y salió, pasando a nuestro lado, que leíamos "poesía" con la lluvia volviéndonos cada vez más insufribles. ¿Dónde estaba ocurriendo el poema, entonces? ¿Dónde se decía la palabra más profunda aquella mañana en Guatemala? 

De las lecciones más vitales que me han dado los festivales se cuentan las que NO enseñan lxs textos de los poetas invitadxs, sino las lecciones de la poesía verdadera, la que camina, la que pasa frente a las narices de las mesas principales y se ve en forma de lluvia, y cuya voz, en todos los idiomas,  nos susurra: ¿Han sido ustedes capaces de sentirme, de escucharme, de consolarme?



 

sábado, 12 de febrero de 2022

Elvin Munguía - Honduras

 

Foto: Fabricio Estrada

Veo el desplazamiento a través de estas ventanillas. La poesía de Elvín Munguía ha salido del templo a una velocidad imprevista. Va en bus, en metro, dueño de la ausencia también es dueño de las formas que brinda la materia oscura. Su universo nos desplaza y nos hace preguntarnos si la esperanza, como el futuro, sólo puede distinguirse con letras ferrosas. Aquí no encontrará un amor errante. Encontrará al poeta que sabe vernos como corderos destinados al sacrificio. A través de los velos de la velocidad distinguiremos su rostro y su voz: "Yo te contaré de lo que habla el misterio". 

Los invito entonces a escuchar el murmullo vigoroso que nos llega, como advertencia, desde el centro de Honduras, la poesía clandestina en la guerra del silencio.

MISERICORDIAS DEL MESÍAS

 

Es el gen del mesías errante

que recesivo ha vuelto a esparcir

la vieja herencia

en el altar de las devotas.

 

Gen que ansían las guadalupanas;

gen que esperan las jóvenes mexicas.

 

Pero los mesías,

mesías son y no esperan

ni conocen la mansedumbre de los sedentarios

o el sosiego de los que echan raíz

o siembran antes del amanecer extensas milpas

como un pacto con la tierra.

 

Una vez lavados y ungidos sus pies,

con el exotismo de los aceites

de criollas y señoriales magdalas,

inclinan condescendientes la cabeza,

acarician la cabellera de las arrodilladas

y para que no detengan su paso,

les habla de los cirios que se encienden en la noche;

de los cactus y del ardor del suelo en los llanos;

de los páramos y sus tierras de fuego;

del agreste valor de las suculentas

que niegan el calor y el frío;

de la expectativa del retorno

y de la mortandad que deja

la esperanza del nunca volver.

 

De las jóvenes,

como girasoles,

que esperan en las puertas con sus rebosos y sus shailas,

ondee su túnica en la bruma del mediodía

o entre las trampillas de las paredes de barro,

ausculten sin ansias

el regreso de su redentor con nuevas oraciones

e interminables liturgias de cama.

 

Como sultanes,

los mesías, son alimentados en la boca

y no duermen porque se deben a sus vírgenes

que codician el sexo

en los postigos castizos

y en los marginales lechos mestizos.

 

Siempre hay más de una dolorosa

que dolorida lo niega en las llanuras,

pero de rodillas hacia él, ruega

y sobre sus pechos jura y se persigna

guardarle el luto de los cuerpos prometidos,

porque al final,

la muerta,

la muerta es ella y sabe,

regiamente sabe

que nunca más resucitará

en los anacoretas brazos del salvador y sus reminiscencias.

 

Reposados los mesías,

miran las doloridas amparadas,

con una bondadosa pereza; 

les reparten unas cuantas parábolas de luz.

Les multiplican los sollozos.

Les cuentan sobre los peces

que caen en octubre o en diciembre

en algún pueblo de un país remedo

y les citan los versos de un amigo,

como se citan las visiones de un profeta

que no sabe, como Sísifo de rocas 

ni se asoma con ramos a las iglesias

y tampoco urge ser piedra de fundación,

aunque sea Armando y le llamen Pedro.

 

Pero la costumbre de las vírgenes

que se llaman con nombres de mártires y alias bíblicos,

es clamar el nombre del mesías

al verlo que toma un tren o un autobús

y no hay número telefónico,

ni el "vuelvo pronto".

 

Vuelven,

los mesías vuelven,

a la paz de la intemperie

o se hospedan en la comodidad de una hacienda,

mientras le multiplica una joven de trenzas,

el pulque, unas cuantas tortillas y el amor por esa noche.

 

O en su sólida indiferencia, los mesías, con sus libros,

se congregan en el snobismo de los “table dance”

como una pintura y,

jóvenes marías de estatura promedio y creyentes,

bajan a darles el calostro de su seno

para que no se marchen

y las bendigan como al vino o la hostia,

y les llamen mi templo, mi cuerpo y mi sangre

hasta que la alarma de las seis

o el gen les avise que el camino y las viejas comarcas 

urgen de nuevas herencias

y de los mitos de mesías errantes.

 

*De Gradiente de Concentración (G.E 2019)

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ESOS VIAJES EN METRO

 

Esos viajes que nos llevan hacia la garganta de la noche.

 

Vamos solos en un vagón atestado de islas y estruendos.

Sentados

o en pie,

cada quien lleva sus píldoras de plomo en el plexo.

 

Desde los fríos vidrios,

esta ciudad llora, se quema en medio de luces

y rancias corrientes que a los tristes arropa.

 

Esos son los viajes de los dueños de la ausencia,

de las dueñas de un ajado blues;

de quienes dejan en la mano,

una mano fantasma

y una lágrima se rueda

como si dijera:

¡Extraño tanto esos ojos!, ¡extraño tanto ese lugar,

esa cama, esa música!

 

Es el viaje de los que van en autobús o en metro;

el asfixiante viaje de los extranjeros

que no quieren llegar a una casa

sino

a un hogar.

*De Gradiente de Concentración (G.E 2019)

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MANUAL PARA ANACORETAS Y BERGANTES (I)

 

Nadie sabe cómo iniciar el viaje

pero toda gente sueña con partir

hacia la incertidumbre de los andantes.

 

Injertarse como una parra

y extenderse invasiva e indetenible

en la munificencia de las carreteras.

 

Bergantines navegando hacia la pluralidad del horizonte.

 

¿A qué rigurosa velocidad se alejan de lo amado?

¿Qué desagradable constante los determina?

¿Qué suntuosa feralidad los impulsa?

 

Indiferentes y secuaces,

abordan la primera rueda

y aunque la nostalgia de las circunstancias

les convierte en un arroyo la mirada,

levantan la nariz y se elevan las cometas

entre los vientos llameantes del desierto

o las salinas tormentas del mar.

 

Solitarios y remeros

llevan su manual de viaje

hundido en el plexo como una ramificación

de los que esperan en el camino,

degustar,

un diminuto grano,

un grano ínfimo, 

de salvación.

 

*De Gradiente de Concentración (G.E 2019)

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INIQUIDAD DEL ABSOLUTO

 

Qué cruces

y qué clavos señalarán tu ruta con un hilo de sangre, Señor del exilio.

 

Luto del camino.

Modo animal.

Denominación atribulada.

Planta del mal.

 

Qué manos tomarán una lanza para consagrar tu lengua y multiplicarla, Enmohecido pan.

Qué vinagre enjugará las heridas del mercado

y apaciguará tu ira.

 

Dios ciego del desierto,

no clames a tus creadores por incienso

ni te ampares en la compasión de sus promesas.

 

Qué conmiseraciones demolerán tus rodillas

y, qué llamas abrasarán tus costados.

 

Grano de indagación.

Gula del saber.

Qué zarzas se clavarán en tus pies

y qué gracias escribirán tus ojos.

 

Señor de la arena.

Maestro del viento,

Consagración del convicto.

 

Qué rumbos, Señor impuro,

qué enjundias y qué bendiciones

señalarán tu travesía hacia la muerte

con un dedo en hueso,

ofreciendo sangre.

 

Junco inmoral.

Oasis hediondo

Rota costilla.

 

Quién levantará tu osamenta

y quién descifrará tus seudónimos

para llamarte al cielo

y clavarte en el estallido de una galaxia.

 

Absoluto de los absolutos,

¿a quién?,

Bólido de la noche,

Secuencia del grito,

a quién le saquearás los pecados

y le pondrás demonios en el plexo,

para que vivas.

 

*De Hacia los Cimientos de lo Oculto (G.E 2019)

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MI NOMBRE ES AZAZEL 

y he cruzado el desierto 

para exudar las culpas de los míos 

en las llamas de la arena.

Esta cabra recurrentemente lanzada 

a la bondad de los riscos

ha cruzado los fuegos del destino

y ha dedicado a los soles viejos y nuevos 

himnos que cada nuevo mundo ha proscrito al olvido.

Mi nombre es Azazel.

Aunque ahora soy condenado 

como un caído y un errabundo permanente

y me haya vuelto el oscurantismo del medioevo, 

un demonio lujurioso, 

sigo siendo un ángel;

un ángel, cuyo nombre es:

Sacrificio.

*De Hacia los Cimientos de lo Oculto (G.E 2019)



UN HOMBRE ARREA SUS OVEJAS POR UN CAMINO AGRESTE (Tercer Fragmento)

 

Emula a sus ancestros que también anduvieron por calzadas 
pero más duras y cundidas de un sol regio.

Un hombre camina con su rebaño,
lo espolea con la música de una sorda brisa.

 

Un carnero de oscura y luminosa lana 
va delante 
poniendo tentaciones como piedras en un camino cósmico.

 

El pasado vuelve a enredarse en las cadenas del gen
como si fuera las arenas de un desierto 
acostumbrado a los pasos un viejo errante.

 

La noche está lejos aún. 
Espera que la luz del ardiente óvulo 
se vuelva el silencio de un ojo dormido.

 

Un hombre arrea sus 144,000 ovejas
por un pasaje escarpado y rodeado de cardos.

Cien van delante de él con su lana sucia 
guiadas por un negro carnero que pone a sus pies 
las tentaciones que alguien tomó del cielo.

 

Un hombre guía a su rebaño sin paladear el viento.
Su muda lengua parece tararear: 
¡Aquí vamos los exiliados!
¡Aquí vamos todos los muertos!

 

*De Hacia los Cimientos de lo Oculto (G.E 2019)

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SALIR DE LA ESPERANZA 
para entrar en una carretera 
donde los árboles pasan asustados y borrosos 
como un hombre cuyos ojos, 
van aspirando lerdamente 
a la infausta gloria de una fría ceguera.

Aceite.

Asfalto.

Derrape

Haz moribundo; 
tenue atraviesa una niebla 
como un armadillo 
que se atreve a cruzar una carretera 
hacia el bólido de la muerte.

Hay ojos 
que siempre ven hacia La Esperanza 
como se ve un futuro escrito 
con letras ferrosas, 
en una hoja de papel 
al borde de una llama 
mientras, un sol encabeza 
las partituras ardientes del viaje 
y una canción se aplaca, 
en los remansos agrestes del mediodía.

*De Hacia los Cimientos de lo Oculto (G.E 2019)

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EL ÉXODO NOS QUEBRANTA

como nos quebranta 

las cenizas de una casa en llamas

o el marfil de una puerta 

que nunca volveremos a abrir.

*De Boca del Diablo (G.E 2020)

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NOSOTROS HEMOS VENIDO A ESTA TIERRA

a saciar la sed de los corderos.

Hemos venido

desde el otro lado de la inmundicia

a poblar este valle,

a arrancar

herrumbrosas cruces,

viejos símbolos del infierno.

Hemos salvado la demagogia

y el canto de malditos señores,

el espanto de los pueblos en desidia

y aquellos que invaden los caminos

como hierbas malas,

como mala bruma,

como fronteras rodeadas de morteros.

 

Hemos encendido los carbones

que humean libertad en el plexo,

                                         las piedras del poniente.

Ilumina,

ilumina eclipse de luna,

la concavidad de esta noche,

su apagado pulso,

su ojo ciego,

su macilenta aura.

Hemos venido entre el alboroto del polvo,

desde la senectud de los árboles que confluyen

en el bosque del misterio,

a renacer la memoria de este suelo.

Hemos venido nosotros,

los errantes

 los anacoretas

  los clandestinos

        los sin arraigo

             los que se resisten a fallecer

en las siniestras manos del sistema,

a sembrar poesía,

    a repoblar la memoria,

             a vitalizar las flores,

                  para que fluya el espíritu de la vida.

Hemos venido

desde el otro lado de las llamas estelares

a levantar desde el olvido

la conciencia de los muertos,

el gozo de los tristes,

el sueño de los insomnes,

la música de los ríos,

las raíces de la tierra.

Hemos venido a calmar en este árido valle

la lobuna hambre,

la insaciable,

   la antiquísima sed

                   de los corderos.

 

*De Cuando la Muerte Deje de Soñarme (G.E 2016)

 

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NÓMADA

           es uno de mis nombres.

Traigo en mis ropas el polvo de mil naciones.

Mi camino

         es el universo

                   y mi hábitat

                           la dimensión que rondo.

No sé del tiempo

        ni del significado que trae la palabra fronteras.

Soy nómada,

       sin más posesión que los poemas

                   que soplan hacia el horizonte

                            o aletean como gaviotas

                             hacia el cenit de la nostalgia,

                                hacia el “sinretorno” de los marchantes.

No tengo estrella por guía,

         desconozco hacia dónde se ubica el norte.

No sé de las brújulas ni de isolíneas

            ni sé de las estaciones que frecuentan

                                    los sedientos de descanso.

Soy la expansión

       y la extensión de un caminante,

              de un andariego sin más mañana

                  que la aurora reptando al ritmo

                                     del arroz y del maíz.

Sombra soy estirándose a su antojo,

hacia la indiferencia del sol,

 hacia el viaje constante del ocaso,

          hacia el sortilegio del indescifrable devenir.

 

Sombra soy de la aurora.

Sombra del día soy.

Silueta de la noche,

                      viajante soy.

Acechanza condenada a errar,

condenadamente bendecido a vagar

en el interminable gozo del paisaje;

Anacoreta sometido

   al imperecedero vendaval del destino

                     y al lacónico juego del azar.

 

Bien y mal,

vagamundos soy

y mi nombre es:

Desarraigo

          Caín

                Exilio

                     Prometeo

                           Diáspora

                                   Judas

                                      Éxodo

                                           Hades

                                                  Luzbel

                                                     Destierro.

 

*De Cuando la Muerte Deje de Soñarme (G.E 2016)


BEDUINO


Oscar Amaya Armijo 
porque somos de distintos mares 
pero de ningún desierto.

Ojalá fuese un hombre de camellos y petróleo. 
De desiertos y oasis. De refugios bajo el sol del Magreb. 
Ojalá fuese un beduino rompiendo una tormenta de arena. 
Un sobreviviente de los misterios y los espejismos del Sahara. 
Ojalá fuese una pantera rugiendo a las orillas del Nilo. 
Pero no. No soy beduino. 
Aunque en los aviones y los autobuses me miren con sospecha 
o que en Cuba me llamaran "Egipcio", solo tengo, 
como todo forastero cuya fe es quebrantada por un exilio, 
la herencia del mestizo, el collage genético de aquella tierra. 
Ojalá fuese un hombre de rebaños.
Pero no. 
Soy solo un poeta en este país aparentemente mío, 
sin Meca, sin comercio, sin ovejas y sin cabras; 
cuyo único valor 
es menor que el de una guijarro lanzado 
a la generosidad de un charco.

 

*De Hacia los Cimientos de lo Oculto (G.E 2019)

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LE PONDREMOS COMBUSTIBLE A LOS TANQUES

y los jinetes, no aquellos del medioevo,

sino los que montan las bestias de hierro,

volverán como cruzados

a sus valkirias errantes.

 

Los motores del mundo

harán que vuelvan a soñar las carreteras

con aquellos locos que aún rugen

la ilusión y la libertad

en la revolución de los pistones.

 

No pararán de levantarse héroes

renacidos en la velocidad de la vida.

 

¡Sleipnir!

¡Sleipnir!

¡Sleipnir!

 

Crujirá el asfalto, el viento,

el espacio, la noche, el tiempo, el día y la muerte

en su veloz rueda.

 

La gloria siempre será de aquella gente

que renazca del olvido

en la dignidad de las motocicletas

y dispuesta siempre esté a reclamar,

la imperecedera, la magnánima libertad

de las carreteras.

 

*De Hacia los Cimientos de lo Oculto (G.E 2019)

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NO, NO SIEMPRE NOS HACE FELICES está vida sometida a las terminales, su atolondrada luz, su gravidez de insomnio; su sorna y sus nimbos cegando la tarde que ovejuna va engullendo a los cerros. Su ensombrecida atmósfera, su abrasiva tristeza, su enjuta molicie; su gozo errante; la pena de los autobuses cundidos de tremebundos rostros; canciones horrorosas; dolientes inconfundibles que vienen construyendo desde las raíces y su nacimiento, un perenne velorio, un rostro de féretro, un fardel de dolencias, una preocupada ausencia de todo.

No siempre nos hacen felices las carreteras, cuando falta la pierna o la mano, donde andaba la nuestra. Los ojos que eran los celajes y las auroras boreales; el planeta que nos guiaba, la luz que se iba mansa hacia la noche y nos convertía en sueños la estigia.

No, no siempre somos felices cuando se va a ninguna parte y nadie espera nuestro regreso o las llamadas de quien nos ponía en los ojos la belleza de un mundo en angustia; la belleza de las tierras desconocidas y sus pueblos en asfixia como un pez anclado a un anzuelo.

*De Boca del Diablo (G.E 2020)

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SN

 

¿A dónde vas hombre de la botella que acabas de pescar la luna?

¿A dónde vas botella de la luna que acabas de pescar al hombre?

¿A dónde vas luna del hombre que acabas de pescar una botella?

¿A dónde vas botella del pez que acabas de enlunar un hombre?

¿A dónde van

hombre,

pez,

botella,

luna?

¿A dónde van, en este mes que es enero,

pero que me parece un noviembre,

luna, botella, pez, hombre?

 

PORTAFOLIO DE DATOS PERSONALES

(No están actualizados reconocimientos, participaciones como jurado, conferencias y otras actividades a nivel nacional e internacional)

 

ELVIN EUDILIO MUNGUÍA CHIRINOS, hondureño, poeta, narrador, antólogo, extensionista cultural, editor (Goblin Editores), consultor.

Entre sus títulos publicados están: 7 cuentos sin hadas (2007), La calle sin nombre (cuentos 2008-2010 Goblin Editores), En el Sueño de la Sombra (cuentos, Goblin Editores 2009), Poemas cotidianos para Breya (Goblin Editores 2011); Brevedades y Rosarios (Poemas, Goblin Editores 2010), La Absolución del Círculo de los Cuatro Jinetes, (novela, Goblin Editores 2010/2013/2015); Tres Libros Reunidos (Poesía Goblin Editores 2013); Cuando la Muerte Deje de Soñarme (Poesía, Goblin Editores 2016); 7 Cuentos Ígneos (Goblin Editores, 2019) “El Escritor Como Científico en las Sociedades del Simulacro”; Gradiente de Concentración (G.E. 2019);Hacia los Cimientos de lo Oculto (G.E. 2019); Boca del Diablo (G. E. 2020) entre otros títulos.

También ha publicado las antologías:

Antología de poesía: Tratado Mesoamericano de Libre Poética Ecos Náhuatl, Honduras-México, (Goblin editores 2010); Relatos impresionantes de autores impresionantes (Goblin editores 2010); Antología del cuento hondureño siglo 21 (Verbo Editores 2012), en colaboración con los escritores: Melissa Merlo e Israel Serrano. Memoria Histórica de Dolores, Intibucá.

También sus poemas y cuentos se han publicado en antologías de México, Colombia, El Salvador, Guatemala, Italia y Argentina.