Foto: Fabricio Estrada
Veo el desplazamiento a través de estas ventanillas. La poesía de Elvín Munguía ha salido del templo a una velocidad imprevista. Va en bus, en metro, dueño de la ausencia también es dueño de las formas que brinda la materia oscura. Su universo nos desplaza y nos hace preguntarnos si la esperanza, como el futuro, sólo puede distinguirse con letras ferrosas. Aquí no encontrará un amor errante. Encontrará al poeta que sabe vernos como corderos destinados al sacrificio. A través de los velos de la velocidad distinguiremos su rostro y su voz: "Yo te contaré de lo que habla el misterio".
Los invito entonces a escuchar el murmullo vigoroso que nos llega, como advertencia, desde el centro de Honduras, la poesía clandestina en la guerra del silencio.
MISERICORDIAS DEL MESÍAS
Es el gen del mesías errante
que recesivo ha vuelto a esparcir
la vieja herencia
en el altar de las devotas.
Gen que ansían las guadalupanas;
gen que esperan las jóvenes mexicas.
Pero los mesías,
mesías son y no esperan
ni conocen la mansedumbre de los sedentarios
o el sosiego de los que echan raíz
o siembran antes del amanecer extensas milpas
como un pacto con la tierra.
Una vez lavados y ungidos sus pies,
con el exotismo de los aceites
de criollas y señoriales magdalas,
inclinan condescendientes la cabeza,
acarician la cabellera de las arrodilladas
y para que no detengan su paso,
les habla de los cirios que se encienden en la noche;
de los cactus y del ardor del suelo en los llanos;
de los páramos y sus tierras de fuego;
del agreste valor de las suculentas
que niegan el calor y el frío;
de la expectativa del retorno
y de la mortandad que deja
la esperanza del nunca volver.
De las jóvenes,
como girasoles,
que esperan en las puertas con sus rebosos y sus shailas,
ondee su túnica en la bruma del mediodía
o entre las trampillas de las paredes de barro,
ausculten sin ansias
el regreso de su redentor con nuevas oraciones
e interminables liturgias de cama.
Como sultanes,
los mesías, son alimentados en la boca
y no duermen porque se deben a sus vírgenes
que codician el sexo
en los postigos castizos
y en los marginales lechos mestizos.
Siempre hay más de una dolorosa
que dolorida lo niega en las llanuras,
pero de rodillas hacia él, ruega
y sobre sus pechos jura y se persigna
guardarle el luto de los cuerpos prometidos,
porque al final,
la muerta,
la muerta es ella y sabe,
regiamente sabe
que nunca más resucitará
en los anacoretas brazos del salvador y sus reminiscencias.
Reposados los mesías,
miran las doloridas amparadas,
con una bondadosa pereza;
les reparten unas cuantas parábolas de luz.
Les multiplican los sollozos.
Les cuentan sobre los peces
que caen en octubre o en diciembre
en algún pueblo de un país remedo
y les citan los versos de un amigo,
como se citan las visiones de un profeta
que no sabe, como Sísifo de rocas
ni se asoma con ramos a las iglesias
y tampoco urge ser piedra de fundación,
aunque sea Armando y le llamen Pedro.
Pero la costumbre de las vírgenes
que se llaman con nombres de mártires y alias bíblicos,
es clamar el nombre del mesías
al verlo que toma un tren o un autobús
y no hay número telefónico,
ni el "vuelvo pronto".
Vuelven,
los mesías vuelven,
a la paz de la intemperie
o se hospedan en la comodidad de una hacienda,
mientras le multiplica una joven de trenzas,
el pulque, unas cuantas tortillas y el amor por esa noche.
O en su sólida indiferencia, los mesías, con sus libros,
se congregan en el snobismo de los “table dance”
como una pintura y,
jóvenes marías de estatura promedio y creyentes,
bajan a darles el calostro de su seno
para que no se marchen
y las bendigan como al vino o la hostia,
y les llamen mi templo, mi cuerpo y mi sangre
hasta que la alarma de las seis
o el gen les avise que el camino y las viejas comarcas
urgen de nuevas herencias
y de los mitos de mesías errantes.
*De Gradiente de Concentración
(G.E 2019)
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ESOS VIAJES
EN METRO
Esos viajes
que nos llevan hacia la garganta de la noche.
Vamos solos
en un vagón atestado de islas y estruendos.
Sentados
o en pie,
cada quien
lleva sus píldoras de plomo en el plexo.
Desde los
fríos vidrios,
esta ciudad
llora, se quema en medio de luces
y rancias
corrientes que a los tristes arropa.
Esos son los
viajes de los dueños de la ausencia,
de las
dueñas de un ajado blues;
de quienes
dejan en la mano,
una mano
fantasma
y una lágrima
se rueda
como si
dijera:
¡Extraño
tanto esos ojos!, ¡extraño tanto ese lugar,
esa cama,
esa música!
Es el viaje
de los que van en autobús o en metro;
el
asfixiante viaje de los extranjeros
que no
quieren llegar a una casa
sino
a un hogar.
*De Gradiente de Concentración
(G.E 2019)
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MANUAL PARA
ANACORETAS Y BERGANTES (I)
Nadie sabe
cómo iniciar el viaje
pero toda
gente sueña con partir
hacia la
incertidumbre de los andantes.
Injertarse
como una parra
y extenderse
invasiva e indetenible
en la munificencia
de las carreteras.
Bergantines
navegando hacia la pluralidad del horizonte.
¿A qué
rigurosa velocidad se alejan de lo amado?
¿Qué
desagradable constante los determina?
¿Qué
suntuosa feralidad los impulsa?
Indiferentes
y secuaces,
abordan la
primera rueda
y aunque la
nostalgia de las circunstancias
les
convierte en un arroyo la mirada,
levantan la
nariz y se elevan las cometas
entre los
vientos llameantes del desierto
o las
salinas tormentas del mar.
Solitarios y
remeros
llevan su
manual de viaje
hundido en
el plexo como una ramificación
de los que
esperan en el camino,
degustar,
un diminuto
grano,
un grano
ínfimo,
de
salvación.
*De Gradiente de Concentración
(G.E 2019)
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INIQUIDAD DEL ABSOLUTO
Qué cruces
y qué clavos señalarán tu ruta con un hilo de sangre,
Señor del exilio.
Luto del camino.
Modo animal.
Denominación atribulada.
Planta del mal.
Qué manos tomarán una lanza para consagrar tu lengua y
multiplicarla, Enmohecido pan.
Qué vinagre enjugará las heridas del mercado
y apaciguará tu ira.
Dios ciego del desierto,
no clames a tus creadores por incienso
ni te ampares en la compasión de sus promesas.
Qué conmiseraciones demolerán tus rodillas
y, qué llamas abrasarán tus costados.
Grano de indagación.
Gula del saber.
Qué zarzas se clavarán en tus pies
y qué gracias escribirán tus ojos.
Señor de la arena.
Maestro del viento,
Consagración del convicto.
Qué rumbos, Señor impuro,
qué enjundias y qué bendiciones
señalarán tu travesía hacia la muerte
con un dedo en hueso,
ofreciendo sangre.
Junco inmoral.
Oasis hediondo
Rota costilla.
Quién levantará tu osamenta
y quién descifrará tus seudónimos
para llamarte al cielo
y clavarte en el estallido de una galaxia.
Absoluto de los absolutos,
¿a quién?,
Bólido de la noche,
Secuencia del grito,
a quién le saquearás los pecados
y le pondrás demonios en el plexo,
para que vivas.
*De Hacia los Cimientos de lo
Oculto (G.E 2019)
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MI
NOMBRE ES AZAZEL
y
he cruzado el desierto
para
exudar las culpas de los míos
en las llamas de la
arena.
Esta
cabra recurrentemente lanzada
a
la bondad de los riscos
ha
cruzado los fuegos del destino
y
ha dedicado a los soles viejos y nuevos
himnos que cada nuevo
mundo ha proscrito al olvido.
Mi nombre es Azazel.
Aunque
ahora soy condenado
como
un caído y un errabundo permanente
y
me haya vuelto el oscurantismo del medioevo,
un
demonio lujurioso,
sigo
siendo un ángel;
un
ángel, cuyo nombre es:
Sacrificio.
*De Hacia los Cimientos de lo
Oculto (G.E 2019)
UN HOMBRE ARREA SUS OVEJAS
POR UN CAMINO AGRESTE (Tercer Fragmento)
Emula a sus ancestros que también anduvieron por calzadas
pero más duras y cundidas de un sol regio.
Un hombre camina con su rebaño,
lo espolea con la música de una sorda brisa.
Un carnero de oscura y luminosa lana
va delante
poniendo tentaciones como piedras en un camino cósmico.
El pasado vuelve a enredarse en las cadenas del gen
como si fuera las arenas de un desierto
acostumbrado a los pasos un viejo errante.
La noche está lejos aún.
Espera que la luz del ardiente óvulo
se vuelva el silencio de un ojo dormido.
Un hombre arrea sus 144,000 ovejas
por un pasaje escarpado y rodeado de cardos.
Cien van delante de él con su lana sucia
guiadas por un negro carnero que pone a sus pies
las tentaciones que alguien tomó del cielo.
Un hombre guía a su rebaño sin paladear el viento.
Su muda lengua parece tararear:
¡Aquí vamos los exiliados!
¡Aquí vamos todos los muertos!
*De Hacia los Cimientos de lo
Oculto (G.E 2019)
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SALIR DE LA ESPERANZA
para entrar
en una carretera
donde los árboles pasan asustados y borrosos
como un hombre cuyos ojos,
van aspirando lerdamente
a la infausta gloria de una fría ceguera.
Aceite.
Asfalto.
Derrape
Haz
moribundo;
tenue atraviesa una niebla
como un armadillo
que se atreve a cruzar una carretera
hacia el bólido de la muerte.
Hay
ojos
que siempre ven hacia La Esperanza
como se ve un futuro escrito
con letras ferrosas,
en una hoja de papel
al borde de una llama
mientras, un sol encabeza
las partituras ardientes del viaje
y una canción se aplaca,
en los remansos agrestes del mediodía.
*De Hacia los Cimientos de lo
Oculto (G.E 2019)
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EL ÉXODO NOS QUEBRANTA
como nos quebranta
las cenizas de una casa en llamas
o el marfil de una puerta
que nunca volveremos a abrir.
*De Boca del Diablo (G.E 2020)
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NOSOTROS HEMOS VENIDO A
ESTA TIERRA
a saciar la sed de los corderos.
Hemos venido
desde el otro lado de la inmundicia
a poblar este valle,
a arrancar
herrumbrosas cruces,
viejos símbolos del infierno.
Hemos salvado la demagogia
y el canto de malditos señores,
el espanto de los pueblos en desidia
y aquellos que invaden los caminos
como hierbas malas,
como mala bruma,
como fronteras rodeadas de morteros.
Hemos encendido los carbones
que humean libertad en el plexo,
las piedras del poniente.
Ilumina,
ilumina eclipse de luna,
la concavidad de esta noche,
su apagado pulso,
su ojo ciego,
su macilenta aura.
Hemos venido entre el alboroto del polvo,
desde la senectud de los árboles que confluyen
en el bosque del misterio,
a renacer la memoria de este suelo.
Hemos venido nosotros,
los errantes
los anacoretas
los clandestinos
los sin arraigo
los que se resisten a
fallecer
en las siniestras manos del sistema,
a sembrar poesía,
a repoblar la memoria,
a vitalizar las
flores,
para que fluya
el espíritu de la vida.
Hemos venido
desde el otro lado de las llamas estelares
a levantar desde el olvido
la conciencia de los muertos,
el gozo de los tristes,
el sueño de los insomnes,
la música de los ríos,
las raíces de la tierra.
Hemos venido a calmar en este árido valle
la lobuna hambre,
la insaciable,
la antiquísima sed
de los
corderos.
*De Cuando la Muerte Deje de Soñarme (G.E 2016)
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NÓMADA
es uno de mis nombres.
Traigo en mis ropas el polvo de mil naciones.
Mi camino
es el universo
y mi hábitat
la
dimensión que rondo.
No sé del tiempo
ni del significado que
trae la palabra fronteras.
Soy nómada,
sin más posesión que los
poemas
que soplan
hacia el horizonte
o
aletean como gaviotas
hacia
el cenit de la nostalgia,
hacia el “sinretorno” de los marchantes.
No tengo estrella por guía,
desconozco hacia dónde se
ubica el norte.
No sé de las brújulas ni de isolíneas
ni sé de las
estaciones que frecuentan
los sedientos de descanso.
Soy la expansión
y la extensión de un
caminante,
de un andariego sin
más mañana
que la aurora
reptando al ritmo
del arroz y del maíz.
Sombra soy estirándose a su antojo,
hacia la indiferencia del sol,
hacia el viaje constante del
ocaso,
hacia el sortilegio del
indescifrable devenir.
Sombra soy de la aurora.
Sombra del día soy.
Silueta de la noche,
viajante
soy.
Acechanza condenada a errar,
condenadamente bendecido a vagar
en el interminable gozo del paisaje;
Anacoreta sometido
al imperecedero vendaval del
destino
y al lacónico
juego del azar.
Bien y mal,
vagamundos soy
y mi nombre es:
Desarraigo
Caín
Exilio
Prometeo
Diáspora
Judas
Éxodo
Hades
Luzbel
Destierro.
*De Cuando la Muerte Deje de
Soñarme (G.E 2016)
BEDUINO
A Oscar
Amaya Armijo
porque somos de distintos mares
pero de ningún desierto.
Ojalá
fuese un hombre de camellos y petróleo.
De desiertos y oasis. De refugios bajo el sol del Magreb.
Ojalá fuese un beduino rompiendo una tormenta de arena.
Un sobreviviente de los misterios y los espejismos del Sahara.
Ojalá fuese una pantera rugiendo a las orillas del Nilo.
Pero no. No soy beduino.
Aunque en los aviones y los autobuses me miren con sospecha
o que en Cuba me llamaran "Egipcio", solo tengo,
como todo forastero cuya fe es quebrantada por un exilio,
la herencia del mestizo, el collage genético de aquella tierra.
Ojalá fuese un hombre de rebaños.
Pero no.
Soy solo un poeta en este país aparentemente mío,
sin Meca, sin comercio, sin ovejas y sin cabras;
cuyo único valor
es menor que el de una guijarro lanzado
a la generosidad de un charco.
*De Hacia los Cimientos de lo
Oculto (G.E 2019)
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LE PONDREMOS COMBUSTIBLE A LOS TANQUES
y los
jinetes, no aquellos del medioevo,
sino los que
montan las bestias de hierro,
volverán
como cruzados
a sus valkirias
errantes.
Los motores
del mundo
harán que
vuelvan a soñar las carreteras
con aquellos
locos que aún rugen
la ilusión y
la libertad
en la
revolución de los pistones.
No pararán
de levantarse héroes
renacidos en
la velocidad de la vida.
¡Sleipnir!
¡Sleipnir!
¡Sleipnir!
Crujirá el
asfalto, el viento,
el espacio,
la noche, el tiempo, el día y la muerte
en su veloz
rueda.
La gloria
siempre será de aquella gente
que renazca
del olvido
en la
dignidad de las motocicletas
y dispuesta
siempre esté a reclamar,
la
imperecedera, la magnánima libertad
de las
carreteras.
*De Hacia los Cimientos de lo
Oculto (G.E 2019)
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NO, NO SIEMPRE NOS HACE FELICES está vida
sometida a las terminales, su atolondrada luz, su gravidez de insomnio; su
sorna y sus nimbos cegando la tarde que ovejuna va engullendo a los cerros. Su
ensombrecida atmósfera, su abrasiva tristeza, su enjuta molicie; su gozo
errante; la pena de los autobuses cundidos de tremebundos rostros; canciones
horrorosas; dolientes inconfundibles que vienen construyendo desde las raíces y
su nacimiento, un perenne velorio, un rostro de féretro, un fardel de
dolencias, una preocupada ausencia de todo.
No siempre
nos hacen felices las carreteras, cuando falta la pierna o la mano, donde
andaba la nuestra. Los ojos que eran los celajes y las auroras boreales; el
planeta que nos guiaba, la luz que se iba mansa hacia la noche y nos convertía
en sueños la estigia.
No, no
siempre somos felices cuando se va a ninguna parte y nadie espera nuestro
regreso o las llamadas de quien nos ponía en los ojos la belleza de un mundo en
angustia; la belleza de las tierras desconocidas y sus pueblos en asfixia como
un pez anclado a un anzuelo.
*De Boca del Diablo (G.E 2020)
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SN
¿A
dónde vas hombre de la botella que acabas de pescar la luna?
¿A
dónde vas botella de la luna que acabas de pescar al hombre?
¿A
dónde vas luna del hombre que acabas de pescar una botella?
¿A
dónde vas botella del pez que acabas de enlunar un hombre?
¿A
dónde van
hombre,
pez,
botella,
luna?
¿A
dónde van, en este mes que es enero,
pero
que me parece un noviembre,
luna, botella, pez, hombre?
PORTAFOLIO
DE DATOS PERSONALES
(No están actualizados
reconocimientos, participaciones como jurado, conferencias y otras actividades
a nivel nacional e internacional)
ELVIN EUDILIO MUNGUÍA CHIRINOS, hondureño,
poeta, narrador, antólogo, extensionista cultural, editor (Goblin Editores),
consultor.
Entre sus títulos publicados están: 7
cuentos sin hadas (2007), La calle sin nombre (cuentos 2008-2010
Goblin Editores), En el Sueño de la Sombra (cuentos, Goblin Editores
2009), Poemas cotidianos para Breya (Goblin Editores 2011); Brevedades
y Rosarios (Poemas, Goblin Editores 2010), La Absolución del Círculo de
los Cuatro Jinetes, (novela, Goblin Editores 2010/2013/2015); Tres
Libros Reunidos (Poesía Goblin Editores 2013); Cuando la Muerte Deje de
Soñarme (Poesía, Goblin Editores 2016); 7 Cuentos Ígneos (Goblin Editores,
2019) “El Escritor Como Científico en las Sociedades del Simulacro”;
Gradiente de Concentración (G.E. 2019);Hacia los Cimientos de lo Oculto (G.E.
2019); Boca del Diablo (G. E. 2020) entre otros títulos.
También ha publicado las antologías:
Antología de poesía: Tratado Mesoamericano
de Libre Poética Ecos Náhuatl, Honduras-México, (Goblin editores 2010); Relatos
impresionantes de autores impresionantes (Goblin editores 2010);
Antología del cuento hondureño siglo 21 (Verbo Editores 2012), en
colaboración con los escritores: Melissa Merlo e Israel Serrano. Memoria
Histórica de Dolores, Intibucá.
También sus poemas y cuentos se han publicado
en antologías de México, Colombia, El Salvador, Guatemala, Italia y Argentina.
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