En estos días en que el “nuevo orden”, ha dado un ejemplo de barbarie en
Libia que dejan a Atila el Huno, como un inocente infante; mientras el mundo
sigue paso a paso las mentiras de las grandes transnacionales de la
desinformación al servicio del neoliberalismo sin Estados y con sociedades
anónimas, la agenda informativa de los pueblos se ve obligada a dejar de lado
potenciales crisis que pueden arrastrar al mundo a nuevos “ejemplos” de
civilidad de los inquisidores del siglo XXI.
Lo que luce evidente es una escalada contra Siria, aun antes de que
comience el, que seguramente será largo sangriento, proceso de “pacificación” y
“occidentalización” en Libia. El asunto ha sido bastante publicitado. Sin
embargo, los medios de comunicación, expertos en fabricar guerras, ya han
lanzado algunos globos sonda preparando el escenario para nuevos conflictos,
lejos de la “zona caliente”. Ayer mismo circulaba una nota donde se indicaba
que Gadafi había patrocinado los grupos guerrilleros de América Latina, con los
que mantiene una estrecha relación, curiosa argumentación si tenemos en cuenta
que en la zona del Bajo Aguan en Honduras, se desarrolla una operación de
militarización, cuyo pretexto es la existencia de un grupo guerrillero
financiado del exterior.
Las notas de prensa en Honduras indican que se buscan “armamento pesado” y
“extranjeros”. Seguramente para quienes hemos escrito sobre las
motivaciones del golpe de Estado Militar del año 2009 nos toca evaluar
nuevamente la motivación del mismo. Después de dos años de creciente violencia
estatal contra la resistencia del pueblo, parece aclararse la idea de que el objeto
de militarizar la zona con fines hegemónicos. Sin embargo, los intereses
en esa escalada muestran ingredientes que resultan potencialmente explosivos en
el cortísimo plazo. El actor eterno de la violencia, los Estados Unidos, ha
incrementado su presencia militar en la zona, incluyendo la Mosquitia
hondureña, fronteriza con Nicaragua. Por otro lado, la zona muestra un nivel
elevado de actividad del narcotráfico, la que difícilmente es ignorada por el
despliegue tecnológico y humano de los ejércitos involucrados.
Los campesinos que habitan la zona son las victimas naturales de esta
perversa conspiración. La situación agraria, conflictiva históricamente, luce
como un argumento para la elaboración de la estrategia guerrerista
norteamericana, destinada a desestabilizar y derrocar a los países del ALBA y
UNASUR, además de construir la justificación que el gobierno títere de Lobo
Sosa, y la oligarquía que lo controla, necesitan para llevar a cabo la guerra
de exterminio de la resistencia interna: No hay duda de que el plan de agresión
contra América Latina entra por el Bajo Aguan en Honduras.
La cuestión de grupos guerrilleros es observada hace varios meses por los
militares hondureños como parte de su estrategia propagandística, algo que no
abandonan en ningún momento. Es incluso conocido el hecho de que la estratagema
incluye mapas mostrando puntos ciegos en la zona de El Paraíso, por donde
entrarían las armas para estos grupos, procedentes, por supuesto, de Nicaragua.
La movilización actual de refuerzos militares y policiales, ordenada por el
propio Lobo Sosa, ha multiplicado la cantidad de campesinos muertos, incluyendo
notables dirigentes de sus movimientos, lo que nos lleva a pensar que la idea
es desarticular parcialmente a las organizaciones, mientras “encuentran”, las
pruebas que necesitan de la presencia guerrillera.
No debemos olvidar que los terratenientes de esta zona hondureña, poco
después del golpe de Estado reclutaron sicarios y expertos en violencia
política en la Colombia de Álvaro Uribe, quien ha sido muy contante en su apoyo
al régimen militar hondureño.
La matriz de esta construcción incluye la represión constante, a lo largo y
ancho del país, contra la militancia del Frente Nacional de Resistencia
Popular, así como la neutralización de su iniciativa política de crear un
Frente Amplio. El esquema es muy parecido al llevado a cabo en Colombia. Las
semanas que siguen mostraran ataques de todo tipo contra dirigentes
resistentes, incluyendo al mismo Coordinador General, su esposa, dirigentes
sindicales, magisteriales, estudiantiles, todos aquellos que puedan elaborar
una respuesta estratégica a la agresión que se desarrolla hace más de dos años
en este país centroamericano, históricamente utilizado por el imperio como
plataforma de ataque contra países del continente.
Esta matriz incluye una escalada de violencia destinada a eliminar
físicamente a líderes o dirigentes potenciales, especialmente a los jóvenes,
que hasta ahora son las victimas más frecuentes del asesinato político
disfrazado de delitos comunes. Claro está, la administración de la justicia
está podrida en todos sus niveles, por lo que es absurdo esperar que los
crímenes constantes, diarios sean esclarecidos. Ese aparato está dirigido ahora
mismo a destruir la imagen de personas vinculadas con la dirección del frente.
Llama aquí la atención, la campaña contra la ex primera dama, Xiomara Castro,
quien mantiene un alto nivel de popularidad; así como el ataque sostenido
contra el director del Instituto Nacional Agrario, directamente vinculado con
el “asunto” del Bajo Aguan.
Este último, ha reaccionado, lamentable y equivocadamente, arremetiendo
contra el subcoordinador del FNRP, dándole argumentos a la derecha para
argumentar que hay conflictos “irreconciliables” en la izquierda hondureña,
patrón que ha sido siempre bien aprovechado para la ejecución de cuadros
políticos, crímenes que luego se achacan a las “disputas” entre facciones
enemigas. La idea de que la solución del problema se centra en la tierra es
bastante limitada, e ignora por completo la motivación real que ya produce una
masacre permanente en esta zona olvidada del continente.
Los pueblos y los gobiernos de América Latina, blancos directos de la
construcción en el Bajo Aguan hondureño, deben poner atención a este pequeño
punto del enorme territorio de nuestro continente, pues en él se gesta la
siguiente etapa de la estrategia de dominación transnacional, una vez que las
aventuras del norte de África y el medio oriente, parecen estar cumpliendo con
su primera etapa. No se debe ignorar la conexión estratégica entre estas
regiones del mundo, ni el claro interés que muestran las guerras imperiales por
el petróleo y los narcóticos. En todo esto no hay nada casual.
Ricardo Salgado
25/agosto/2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario