Llovía, inconteniblemente. Memo tomó a "cariñosa" (su fina y radiante guitarra) y comenzó a puntear hasta encontrar la nota. Con el tiempo pude traducir la canción que me dejó sumido en una especie de viaje porque era un viaje que aún no sabía comprender: The boxer. Y así es que cada vez que escucho esta canción me veo sobre un tren "en compañía de extraños", marchándome,
Ahora, no puedo dejar de asociarla con ese día en que mi hijo, Esteban, decidirá irse solo, a enfrentarse a puño limpio con la vida. Y no puedo dejar abiertos los ojos. Lo veo.
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