Hace un año no leía en una lectura personal. He estado acompañando lecturas colectivas y de festivales, lo que hace que uno elija poemas con matices para acercarse a diversos públicos y para crear una sinergia con los compañeros y compañeras de mesa, "poemas de aclimatamiento" diría yo. Una lectura personal es otra cosa, es casi una ofrenda votiva ante un templo oscuro, silente, y cuando uno lo percibe, se acrecienta, hace del poema toda la verdad. Necesitaba esto, también uno necesita escucharse.
El afiche (que me lo quedo y lo enmarco, jeje) es de Erick Eduardo Zelaya. Su fineza para diseñar le puso detalle y no sobra nada. La foto es de Mayra Oyuela.
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