viernes, 16 de marzo de 2012

Cierre del Taller en el CCET

El cierre del taller no pudo ser mejor. Regresamos al principio a través de lo que supuestamente la nueva comunicación ha dado a conocer como "novedoso, joven y agresivamente de punta": la codificación del lenguaje en el chat, y claro, la interpretación paralela con el inicio de la sigla en el mundo romano hasta llegar al uso exacerbado de los acrónimos en la actualidad global.
Volvimos a Basho, a su puntualidad estética y la traducción a los códigos usados en el chat no pudo ser más chispeante:

La primavera pasa; lloran las aves, y son lágrimas los ojos de los peces. (Basho)

La ❀ ✿ ❁ ✾ pasa ; =(... las <( 'v' )> y son lagrimas los O.O de los <º))))>< .







Insistimos, como en una rueda de la fortuna, en hacer de la poética aristotélica un caleidoscopio desde donde se interpretan todas las imágenes o palabras de la realidad estética, sumando a ello el estudio del signo lingüístico: signo en el cine, en la fotografía, en la poesía... en los posteos más cotidianos de los contactos en el Facebook.

Nos dimos una vuelta por el trabajo que Juan Carlos Mestre realizó con Amancio Prada en formato CD y en el trabajo de poesía visual de la boliviana Jessica Freudenthal para analizar la forma en que la poesía rompe e irrumpe con todos los formatos disponibles. Como muestra de esta intuición en Honduras (intuición que devino en exploración) le dimos un repaso a la producción de Versofónica, 20 poetas, 20 frecuencias, realizada en el 2006.

El repaso a la palabra como pilar de la civilización y a su producto poético en medio de las ráfagas constantes de los posteos, ventanas emergentes, ruido de palabras en el chat y tiránico reinado de la imagen... bueno, qué más puedo decir, muchas cosas son inefables y el taller tomó vida, sí, un organismo vivo que tuvo sus propios sueños y reflexiones (Eli, Rosa, Sara, Jonathan, Victoria, Michelle, Adrián, Luis y Fabricio), inaprensibles... realmente una bella experiencia que agradezco mucho al CEET, y sobretodo, a ese momento en que Adrián me dijo: "Qué te parece si hacemos este taller..."


 Para cerrar con trance y palabra, Royal Blues se tiró con bongie en la presentación, y cada poema que iba leyendo iba con ese estremecimiento del bajo, guitarra y batería. Lo supe claramente: así debió haber sido siempre!
 Fotos: Wendy Aguilar

Foncho, Aarón, Memo: Royal Blues

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una experiencia realmente enriquecedora..... gracias!! Por regalarme una nueva perspectiva de la poesia, y por hacerme ver el ritmo invisible de las palabras, la musica de sus letras y la imagen en su pronunciación.

Eli Berios dijo...

Gracias ✍ Fribicio por tomarte el tiempo de compartir y Adrian por la iniciativa! ツ
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