Vale la pena crear una suposición de ciclos en la humanidad en la que nuestra época esté llegando a un punto de inflexión parecido.
"Mientras florecía el culto a Amón en Karnak, se erigía otro centro religioso en Abydos, a unos cien kilómetros al norte de Tebas, como lugar de culto al dios funerario Osiris. Durante el imperio Medio, el culto a esta divinidad del más allá conoció un gran auge, estrechamente vinculado con la llamada "democratización del Más Allá", el fenómeno más interesante que registra el Imperio Medio en el campo de las creencias religiosas.
Durante el Imperio Antiguo, solo los miembros de la familia real y de las clases superiores podían gozar de la vida después de la muerte; la tumba, el ajuar funerario y los textos religiosos eran la garantía de su supervivencia en la vida de ultratumba. Pero durante el Imperio Medio cualquier persona que contara con la protección que brindaban las fórmulas mágicas y religiosas de los llamados Textos de los sarcófagos podía aspirar a la otra vida; estos escritos fueron llamados así porque se inscribían en el interior de los sarcófagos rectangulares de madera típicos de la época."
(Núria Castellano - El esplendor del Imperio Medio, Revista Historia-National Geographic)
"La vieja religión védica (S. VI a.C.) había ido perdiendo su alma y había pasado a ser (manipulada por la clase privilegiada de los brahmanes) una técnica compleja impregnada de magia. Su única preocupación era conseguir que las tibias divinidades se plegaran, servil y aún automáticamente, a las voluntades de los sacerdotes, cautivándolas con los poderosos lazos del sacrificio. Al extenderse en la sociedad india la creencia en la transmigración de las almas, estas prácticas rituales pasaron a significar un medio de alcanzar riquezas, gloria, descendencia, longevidad y salud, no solo en esta vida sino en las siguientes.
Por estar la eficacia de los sacrificios en función de su complejidad, de su ampulosidad y por lo tanto de los honorarios abonados a los sacerdotes encargados de llevarlos a cabo, únicamente los brahmanes, los nobles, los mercaderes y los terratenientes podían esperar que la serie indefinida de sus existencias sucesivas tanscurriera en constante felicidad y prosperidad. El resto de los hombres estaba condenado a renacer una y otra vez en la mediocridad y la miseria, a padecer hambre, enfermedades y toda suerte de sufrimientos. Por todo ello cundió la angustia, la desesperación, la resignación o una sorda rebelión entre las clases humildes de la sociedad india..." (este fue el contexto de la irrupción de Buda)
(Buda, Vida y pensamiento - André Bareau)
No hay comentarios:
Publicar un comentario