Me encontré esta noticia en una revista de Geomundo de 1988. Mi hijo estaba a punto de tijerearla para sacar figuras de una tarea del kinder y zas, se me vino a la memoria la sensación que tuve, o mejor dicho, lo absorto que quedé ante esta fascinante posibilidad en aquellos años.
¡La internet y el chat eran impensables!
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