En el principio del principio, respirar. Un pulmón, una vasija, un blanco color galáctico, una sonrisa con viento, una voz con aliento intenso, luz en la mirada, gracia en el gesto. El deleite en la semejanza de que lo que creas, te hace, se vuelve ti. Polen levitando, terracota ávida. El Popol Vuh en el desquicio de la multiplicación de los panes y de los peces, porque cae un tubérculo, una semilla, un polen, un huevecillo y emerge la abundancia. Estas aquí, en la breve y repetida usanza humana de crear y de compartir. En lo vivo de mi carne, en el regazo de madera del que me aferro para decirte de una bocanada de aire, en el corazón del suelo que soy y me alimento. Y en silencio, respiro y palpito al ritmo de tu gracia, mientras tú me dices, habla.
Del Libro “Códice en Mi Menor”
Candelario Reyes García- Honduras
EL PÁJARO AZUL
Un pájaro azul amanece en tus senos
en la bóveda gris de este San José
testigo antiguo de tus gemidos de hortensia
relampaguea en esa hierba remota
en ese incienso que vela los ojos de una muerta
se hace hermano de esa sombra vidente que nos desnuda
como una vigilia que se mantiene sorda entre las velas de una iglesia
pasa de media noche y no duermo
retomo gemas en todos los alientos
en todos los rizos cabizbajos que gotean en el bostezo de la lluvia
en el pálido alborozo de ese arroyo tuerto que nos saluda en cada orgasmo
en la caricia que vuela en los límites de tus conjuros de oruga
un pájaro azul amanece presagiando las islas mudas de tus pezones
el ruido interminable de tus piernas de hoguera
mientras cada quien muere a su manera
amanece
me fumaré tus ojos con un beso que adivine tu pequeña muerte.
Noé Lima- El Salvador
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