El FNRP surge en medio de una demostración de fuerza ciudadana que sólo pudo ser balanceada con la persuasión de las armas, pero su sustancia revolucionaria se ha mantenido aún con todas las acometidas contra-revolucionarias que se han sucedido una tras otra, incluidas las de este momento, en todo el contexto interno y externo del FNRP.
Nomen est omen, repetían los romanos (el nombre es destino) y por ello llevaron hasta el extremo el uso de las siglas para que el destino fuera inconmovible. Es por ello que las siglas SPQR (Senatus Populusque Romanus - el Senado y el Pueblo Romano) se mantendrán en el fondo de la psiquis occidental hasta que el mundo civilizado desaparezca, porque reúne en sí un binomio de acción social donde el poder manifiesto reside en la fuerza política tanto como en la fuerza social que la creó.
La estrategia diseñada por el Departamento de Estado para Honduras, se está revelando puntillosamente sofisticada y sutil. El FAPER es una de sus aristas y va dirigido a quitarle fuerza y sustancia a lo que el pueblo en Resistencia reconoce como suyo. La palabra FRENTE se ha demostrado altamente articuladora no así la palabra AMPLIO, cuyo contenido será fácilmente borrado por el tiempo y sus coyunturas políticas. Sería realmente penoso que nuestra voluntad de lucha se disociara de sus significados profundos y simbólicos tan solo por no saber hacer la lectura estratégica del Departamento de Estado, cuyos expertos conocen muy bien el giro mental que ocurre cuando una simple letra o palabra cambia todos los significados a largo y corto plazo. Y no digamos de la estrategia sostenida para la eliminación dialéctica revolucionaria que sigue sobreviviendo en la Resistencia.
Nuestro poder tiene un nombre, y es FNRP.
F.E.
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