"Lo malo es que el Atlacatl peinaba todo, dejaba limpio por donde pasaba". El chero ilumina el set mientras habla. Ya no esta de moda recordar, lo pueden acusar de retro pero continua. Toma 43: el chico pobre que hace de rico asume que esta en Beverly Hills aunque afuera sea la estridencia de San Salvador.
"Los muchachos llegaron a pelear bien. Les teniamos respeto. Lo bueno es que yo fui entrenado en la Escuela de las Americas, estaba en una escuadra de recolecta de info, nos soltaban en la noche y saliamos rapido... Pero eran buenos los del Frente, los degolladores eran paloma, descalzos y todo pero se infiltraban bien". El apartamento brilla como kent y Barbie en su esplendor plastico. Anochece en un pestaneo. Marcos, ex-Bracamonte, me sigue contando con disgustada tristeza: "Por aqui roketeamos paloma... Cuando se dispara por primera vez se corre el peligro de la euforia... Yo no se si mate a alguien...a lo mejor..."
El spot cuesta 30 mil dolares y mientras dura la produccion se come en la merienda de los ciegos. Los ejecutivos mascan y mascan el tedio, se cuentan chistes, se aburren a morir y escriben mensajitos en sus celulares.
F.E.
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