lunes, 12 de febrero de 2018
Rubén Izaguirre, Honduras - Sólo en la Biblia pierden los ricos
He visto caer niños de quince años en la Juan Ramón Molina
gritando patria o muerte
y he visto sus cadáveres tirados al sol
con los ojos abiertos, sin miedo
como los del Che,
desafiantes en la nada todavía.
LOS RÓTULOS DE COCA
me indican que nadie comprará
mi poesía en esta ciudad
Ya sabía
En mitad de la noche
estelar,
levanto mi nave
y no me he drogado
Pasaría cualquier prueba
Pero me he prometido,
a cualquier precio,
aprender a
volar.
Te quiero tomar una foto
pero no tengo cámara
Voy a pedir
que se inventen unas palabras
para hablarte
Pero si me desprecias
quemo los libros
y te condeno a vivir en este país
donde se mueren los poetas
Ahora bien, si me ves
por lo menos un segundo,
te perdono
y olvido que me vas a olvidar.
No me hagas caso
Intenté dejar de fumar
por las prohibiciones
Y ahora te veo de nuevo.
AURORA
Después de verte
¿cuántas veces
voy a quedar ciego?
Corta el agua la manguera
cuando se dobla
Tengo unas plantas
que se marchitan
cuando las riego
Es justo que todos sepan
que San Pedro Sula
tiene el sol
más peligroso del mundo
Ustedes, que viven en el año 3 mil,
entienden estas fósiles palabras?
Los griegos, cuando alguien moría,
hacían sólo una pregunta:
¿Era apasionado?
Amanecer
gracias por amanecer
Sol, gracias por la luz
Luz, gracias por el sol
Se los iba a decir cuando estuviera ebrio
Pero el tiempo es veloz
y el tiempo no existe
Voy a los juzgados a conocer sobre delitos
Presente
gracias por este instante
Pasado
gracias por irte
Futuro,
qué estás haciendo aquí
si no existes?
AGACHÓN
Pantalones de segunda en la 3ra.
Tristes bultos de ropa que nos alegran
El amor sirve dos veces
y sólo el mar es para siempre
Tengo unas palabras que ya usé
y quiero venderlas.
VI EL CIELO AMARILLO
Y ME ACORDÉ DE VOS
Abandoné Tegucigalpa
buscando agua,
pero borré el camino con una rama.
Pienso en Siddharta y en un río.
Vi mi casa en un sueño,
las calles estrechas de mi barrio
y el cerro agarrando fuego
Algún día morirá
de soledad esta ausencia,
estoy seguro.
Los peores días para morir:
hoy, mañana, pasado mañana
y todos los que siguen.
(en memoria de Saúl Toro)
Soy el que negó a Jesús Nazareno
y también el ladrón
que murió al lado del Maestro.
No me gusta el mar, porque a mí me encanta tomar agua y frente al mar digo: toda esa agua y no poderla beber? Por eso no me gusta y por eso, estoy tras un gran descubrimiento: si como un pescado, por pequeño que sea, ¿estaré bebiendo el mar entero?
Vi tantas mujeres este día que di gracias a Dios y pensé que en la Biblia faltaba esa parte, no se nos cuenta que no fue sólo Eva, sino que fueron millones de mujeres bellas, éstas que nacieron acá donde vivo, pero pensé también, por qué a mí Dios no me puso Adán y me puso este nombre, Rubén, que nadie pronuncia.
Los poetas se tienen que morir, casi me matan cuando se los dije, pero les expliqué que también ellos tienen riñones e hígado y algunos que bebían cuando me escucharon, me expulsaron de su sinagoga y me querían despeñar, pero me escapé al lago, donde encontré a miles de lectores enfermos a los que no pude curar.
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