martes, 13 de febrero de 2018

Solimar Ortiz Jusino - Puerto Rico

Foto: Josué García


Al pueblo de Honduras, en su lucha contra la dictadura.

Las fieras se tiraron a la calle.
Los colmillos sangrientos
degollaban las hojas que caían del cielo
todas con nombres en español.
Las fieras se tiraron a la calle.
Mearon las cajas con papeles.
Marcaron el territorio de la democracia
para ahuyentar a los opositores
que gritan justicia con letras mayúsculas.
Las fieras se tiraron a la calle.
en medio del llanto desconsolado de semanas
con los rostros escondidos de las fieras,
las mismas fieras blasfemas
que truenan campanillas a su paso desbocado.
Las fieras se tiraron a la calle
y se mancharon las paredes de gente
y se gritaron a sí mismas las máscaras
y se cortaron yugulares
y se perdieron los cuerpos
arrastrados en las bocas de las fieras.
Fieras de mandíbulas salvajes
fieras de colmillos sangrientos
fieras de soles boquiabiertos
fieras devoradoras de los pueblos
fieras Fieras que comen vientres
fieras que tragan sangre
fieras que entierran huesos
fieras que destruyen tribus
fieras que levantan murallas
fieras que roban rostros
fieras que lamen lágrimas
fieras que devoran historias
fieras que sirven ojos
en los platos de pájaros de rapiña
y juntos se comen
los cuerpos inertes
con almas en la boca
detrás de la lengua

tan feroz como las fieras mismas.



La luna sangra de nuevo.
Un torrente espeso acaricia mi espalda
en un silente bosque hecho trizas.
No corren los vientos donde las palabras
ululaban mis cabellos,
solo tornados se esconden bajo los rizos.
Las serpentinas cuestas se entrelazan con la nostalgia.
Es que duele muy hondo cuando la noche no tiene estrellas.
Ya se van secando los montes que fueron
poblados con besos verdes.
Ya volaron gaviotas desesperadas,
ahogadas de pasiones truncas
con los labios cocidos al cielo.
 No queda más que acariciar las nubes
con los dedos escondidos
y crear lloviznas cuando todos duermen.
Tal vez pueda crear
sueños golpeados
para despertar de un solo respiro.



Apúrate a parir la Patria
Anda, negra ¡apúrate a parir la patria!
Ven, dale a ella tus hijos
con lágrimas celestes en la frente.
Ven, dale a ella tus hijas con beso de sol en el pecho.
Ven, dale a tu tierra tu mejor linaje.
Siembra en tu alma la conciencia lejos del flajelo.
¡Anda, no seas esclava!
Que con el látigo en tu casa saldrán todos salvajes,
y eso no es lo que quiere la Matria,
quiere seres inmortales.
De esos que no le falta valor
pa' mirarle la cara al coloniaje.
Esos son los que se paren a sudor y sangre.
Anda, puja bien fuerte,
pa' que venga brava,
pa' que sea gallardo,
no queremos más cobardes.
Anda, negra... ¡Apúrate a parir la patria!
Ven, dales a ellas tus hijos
con respeto en la palabra que de él emane.
Ven, dale a ella tus hembras
con el amor en el verbo de la tea impecable.
Ven, dale tu mejor linaje.
Anda, negra... ¡Apúrate a parir la patria!
Que de tus hijos saldrá el grito de nuestros próceres
Betances, Hostos, Albizu, Filiberto, Oscar
pa' soltar las cadenas foráneas
pues la historia está escrita por valientes
y ya queremos escuchar su nombre.
¡Apúrate, pues, mi negra!
Tienes que parirnos al que nos libere
con beso de sol en el pecho y lágrima celeste en la frente.




Me desnudo de palabras
Me desnudo de palabras que quieren vestir mis labios
en una programación casi vestida con ropajes de dama cívica,
pura, bendita.
Esos trapos que van subiendo por mis piernas,
que se adhieren a mi piel
como hiedra decorativa de una pared de museo.
Me quieren adoquinar de conformidad,
de silencios que guardan tragedias,
de historias que deben ser olvidadas.
Me quieren vestir de inocencia,
quieren quitarme el negro de mis cabellos y poner dorado.
Quieren quitar mis rizos lujuriosos
y hacerlo manantial de blancura para que sea buena casta…
Quieren arrancarme del monte para que sea culta,
que no esgarre la erre y que no cante al hablar.
Me desnudo en frente de todos
y dejo mis pechos al aire, para que vean mi alma latir.
Pero me tapan,
eclipsan mis pequeños soles.
Quieren, quieren, quieren que me calle
quieren que me someta
quieren que sea sumisa
que camine de día y muy bien acompañada
que olvide que mi vulva existe
y que solo sirve para parir
porque tengo que ser solo madre,
más nunca mujer.
Quieren que sea olvido
que no deje rastro de mi existencia
que sea sierva pulcra
de mi casa ejemplo de cilicios.
Quieren que presione el triángulo
y programe a la niñez con colores rocitas y azules
para que se siga perpetrando la castración
para que seamos genes inconclusos,
más me desnudo de palabras;
me quito la sortija
de un matrimonio malsano que yo no pedí,
que firmaron por mí antes de nacer.
Me vendieron
y quieren que me calle
que no pida mi libertad ni la de mi hija.
¿Y qué van a hacer cuando ella se revele,
cuando ella sea yo, cuando yo seamos nosotras,
cuando pujemos guerreros y cimarronas?
Por más que me vistan de blanco,
mi sangre sigue siendo roja,
mis genes son taínos,
llenos de nobleza mas no gente de rodillas.
Me desnudo de palabras y visto tus libros de rebeldía.
Violento tu puño izquierdo
y pongo almas negras en tus manos
para que conquistemos la tierra
bajo la sombra blanca
noctámbula
que nos guiará por el sendero desnudas,
siempre desnudas.


Solimar Ortiz Jusino, conocida también como la Musa Aurora, es trabajadora social, graduada de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Ha publicado, además del libro histórico, su primer poemario titulado REBELDÍAS DE ENCANTOS, una compilación de poemas escritos por Ortiz Jusino desde su niñez. Tiene en curso la redacción de una novela y otro libro de cuentos infantiles, en donde su hija Sarah Delilah es su inspiración y coescritora. En adición, ha colaborado en la creación de propuestas y talleres para escuelas y universidades en miras de fomentar el desarrollo de niños y niña, jóvenes y adultos que aspiran a encaminarse hacia la literatura, en cualquiera de sus dimensiones. Participa activamente en diversos movimientos literarios, sociales y culturales y en actividades dirigidas a acrecentar el sentimiento patrio en cada boricua y en poder llevar las diferentes vertientes de la literatura a cada rincón de Puerto Rico. Es parte activa del colectivo artístico cultural Las Musas Descalzas y hoy día es la secretaria del PEN Club Internacional de Puerto Rico. 

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