Interesantisimo artículo. Provengo de mesoamérica (Honduras), y en algunas ocasiones se me ha hecho practicamente imposible entender al puertorriqueño en su cotidianeidad, sobretodo cuando junto a mi esposa permanecemos en Vega Baja, donde la j o la r afrancesada es tan fuerte que a veces pareciera un carraspeo continuo. En San Juan sucede lo contrario: la l sustituye a la r con mayor frecuencia y el sonido que escucho es más dulce, más cadencioso en mujeres que en hombres.
http://www.bbc.com/mundo/noticias-42414814?ocid=socialflow_facebook
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