Le tengo mucha consideración a lo que da la música. Y hablo de las proyecciones que la música nos entrega en las formas del humo de los cigarrillos, el ondular de las copas de los árboles, la simetría entre ola y gaviota. Esa cadencia no solo se da entre las construcciones estéticas sino que también en las búsquedas o las coincidencia una vez que se fue tras la poesía como un rastro con el que se debe dar dentro de un territorio puntual. Así di con los textos de Giovanni Astengo y luego con la amistad. Hablo más bien de su luz poética y esa otra relación que existe entre las conversaciones que van hilando haces de luces entre faros perdidos entre la niebla. La niebla: nuestro precario conocimiento de las voces que mantienen a resguardo el arribo seguro de los barcos de la poesía latinoamericana. Lo fui escuchando como él mismo escucha interminables sesiones de jazz y blues, y fui viendo el humo de los cigarrillos creando su niebla. Así es que llegan estos textos y así es como Chile también eleva su cruz del sur.
Ejercicio del tarjador
( Mallarme)
El ejercicio
más duro es la escritura
mientras el mundo parece un prado
Confía en el
supremo adiós de los pañuelos
y
en la constante palabra de la brisa
Dime de
qué color palidece la tarde
y qué escrito
tarjarás para siempre.
Cruz
del sur
Ya sabes que La
Cruz del Sur nos vigila
cuando la ciudad
nos abandona
y los bares ya
cerraron
Estamos en el
litoral frente al mar
y sólo permanece
lo que escribí con
los pies en la arena.
Carta
de amor a destiempo
La maldita palabra amor
y el beso que la empapa:
Eso fuiste mujer en estas
calles de los cerros
Guardo reliquias por cábala:
Pulseras tontas con tu nombre
y fotografías de cámaras de
cajón
Si yo gimiera un poema de
aquellos años
volverías a mí seguramente con
la excusa de acostarte
o tener un lugar sin patria en
el tiempo
y esta cita es lo único que
tiene sentido
más otras que guardamos como
fragmentos
de un tiempo leve como el
volar de las gaviotas
La historia es corta y casi
cinematográfica
en el abuso de un final como
Casablanca:
La mujer que se va el hombre con impermeable.
Ángeles en Berlín
A
Sergio Ojeda.
El litoral que espera a
las mujeres en verano
El sueño que sueña el
adolescente delgado
frente a frente al
amanecer
(sin relojes ni alcobas)
El campanario de la
iglesia de provincia
que le recuerda a Rilke
Todos los relatos vívidos
del primer trago
La oscura casa del pecado
La oscura casa de la culpa
La bella ciudad de los
ángeles en Berlín.
Bares
de Chile
I
Piensa
en Mallorca como un paso al otro mundo
riega el jardín secreto cada día escribiendo
Juega con bolas de nieve en
Berlín
emborráchate en Ámsterdam
Mientras yo temo desaparecer
en los espejos de estos bares
de Chile.
París,
Texas
A
Marcela Acuña (Q. E. P. D)
Aún recuerdo tu rostro
perdido viendo París, Texas
La lluvia es un recuerdo
olvidado que golpea las ventanas
Ebrios de cerveza recorremos la ciudad insomne
y una música de otro mundo
reemplaza a las bocinas.
Cifrado
en las nubes
Cifrado en las
nubes de antaño
el espejo de la
edad
se nubla en el
recuerdo de unos heliotropos
Y es necesario
que las cosas hablen por nosotros
y no nosotros de
las cosas
La vertiente se
convierte en río
y esta lluvia no
escampa más.
Las flores
despiertan en la ciudad
A Sibila.
La ciudad al fin se
despierta
mientras creamos un
mantra para sobrevivir
e imaginamos flores
saliendo de los adoquines
Todo esto me recuerda
un poema de Waldo Rojas
/sobre el Sena
Aparecen gaviotas: Estridentes, blanquísimas, concéntricas
La noche es un imán
para perderse en los bares
y dar la vida por una
botella de cerveza
La ciudad al fin
despierta y aunque circulen cientos de rostros
nosotros aún estamos
solos.
Arte
y decoración
La aguja contra el
tiempo
en lo perpetuo en lo ancho de estas costas
Resumir lo bello
en una caracola
sobre una mesa Luis XVI
/o una estrella de
mar
pegada a las rocas.
En
el suave país de la nada
Voy hacia el
suave país de la nada
Las gaviotas
sobrevuelan en el vacío
y tan sólo el
silencio de la tarde
delata quién es y
quién no es
en el suave país
de la nada.
GIOVANNI ASTENGO. Santiago en 1972. Ha sido publicado en diversas antologías y revistas, tanto de Chile como
el extranjero. Sus libros son Anteayeres (1999), La morada irreal (Mago editores, 2006), Cuartos de
Motel (Mago editores, 2008),
Puzzles (2011), Sección de objetos perdidos (editorial Raíz, 2014), La morada
irreal, nueva edición (editorial
Bordes, 2016), Solo lo que me gusta existe (ediciones Montecristo, 2017), Poemas a destiempo/Poems at the Wrong
Time, edición bilingüe
(Cuadernos de Casa Bermeja–Mago editores 2017) Soñé estos poemas (Ed. Bordes, 2017). Tejido /Weave , ediciòn
bilingue (Cuadernos casa Bermeja , Mago editores, 2018) La poesía como un Dios
(Estudios, reseñas, notas y entrevistas sobre la poesía de Andrès Morales, Piso
Diez Ediciones, 2018) Azules abatidos
(Sesiòn de jazz) MAGO editores, 2019 .
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