martes, 28 de julio de 2020

Añejos

Conozco muchos casos en los que escritores -no sé si poetas- dedican su vida a cultivar poesía como una meticulosa ruina. Confían en no sé qué premisa simbolista o romántica que confunden con el llamado de Pound a cultivar el misterio. Ellos cultivan ruina misteriosa, piedras rosettas, momias en cuyas vendas se escriben los grandes poemas que salvarán a la humanidad poética del mañana, sí, pero bajo un requisito: solo arqueólogos con alta sensibilidad poética estarán destinados a la revelación. Es una poesía para la muerte y la resurrección posible, aleatoria. Escritores del misterioso azar que echan rayos ante las publicaciones de los demás.
"Un buen poeta espera", repiten en su tantra ¿qué esperan? Acaso ¿el ser poeta no significa cantar el espíritu de la época y pararse con las tablas de la ley en mano y lanzarlas ladera abajo hechas añicos? ¿Acaso el poeta es un reservorio de bolsitas de te para calmar los nervios del futuro? ¿Es el misterio del poeta añejarse?

Rechazo leer jeroglíficos. Tumbas milenarias construidas por escritores de mi propia generación. Rechazo las cápsulas del tiempo poéticas. !Arqueólogos a su ruina, poetas a su época! Nadie descubrirá aquello que fue constructo de un ego monolítico. Ningún mañana merece la idea de inmovilidad de un calculador del tiempo.

F.E.

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