miércoles, 26 de febrero de 2014

Vos no brekies, Tunco

Te me venís pegando demasiado, Tunco, te me venís echando encima y querés que saquemos chispas. Ya te voy midiendo la chimadura y después no digás nada, llevátela así que ni vas a saber cuando pegués el brinco. ¿No ves que la machine que llevás tiene los rines chuecos como tu risa de triste? ¿No ves que a puras cachas das para llamarte hombre? Aquí va gritando la carga, las doñitas rezan, las pintarrajeadas que se suben en El Centenario, los peritos mercantiles que se bajan con su almuercito bien revuelto de tanta vuelta que me estás haciendo dar.
Ya bajaste por Bella Vista y me la pusiste con la chepa, ¿creés que no lo sé? Vos, Tunco de mierda, fuiste el que me puso el balde con Tránsito, y sólo me acordé que nunca nos dimos una buena insultada como para que me hicieras dar dos vueltas de una terminal a otra sin sacar nada para el monche. Pero ahorita me venís chimando los espejos y no te digo nada, yo solo le meto la pata al acelerador que pulsa  en mi corazón que ya se me sale el corazón pero no voy a bajarte el gas hoy porque hoy se tiene que apartar el mundo, hoy no pongo los coritos ni la super 100 ni las noticias interminables, no, hoy nos vamos con las rolas queso y si nos damos en la madre que sea a buen tono y ojalá que no te quedés tieso del susto porque de aquí no le bajo, ni cobro un peso, ni pago la tarifa de la mara, ni de la chepa, ni del dueño del coaster basura... aquí te la vas a ver con los carros de fuego y lo que se te ocurra pero tenelo por seguro que ni en la Calle Real me la ponés de nuevo, como cuando ibas lleno y decidiste bajar a la leña que cargabas porque pesaban y te gritaban y te distraían y así no podías competir conmigo que ya te llevaba cinco cuadras subiendo al Estadio.
Sos lo peor, Tunco, pero viéndolo bien sos vos quien me hace el día, el que me hace ponerle al tope sin fijarme que no soy el que parece una fiera sino el que se va a raspar los platos con dulzura de padre soltero que tiene la responsabilidad de siete en el lomo, uno para cada día, una espina para veinticuatro horas que se muerden la cola como las zumbadoras cuando se juntan. Vos sos, Tunco, el que me hace olvidar que el semáforo es un casino de tres lucecitas, que un día me dan luz verde y palmo como cualquier mosca que se le acabó el diesel y aterrizó en la sopa de olla de los domingos.
¡Entonces a rayar el motor, Tunco! a rasparlo igual que nos raspamos de niños, cuando bajábamos la Bella Vista en las balineras y ya jugábamos a ser buseros cuando mirábamos pasar los rosmos rozándonos con sus llantas llenas de chichotes. Así que metete a fondo en esto, Tunquito de mierda, porque hoy no te dejo que llegués primero, ni que marqués la vuelta que da mejor tarifa. Hoy te jodiste, patuleco, hoy voy soplado de brekes, hoy me estrello contra el mundo si así me quitás la cuña.

F.E.

jueves, 20 de febrero de 2014

Hace muchas Honduras

Años 60, Tegucigalpa

Primera década del siglo XX

Mercado San Isidro, Teg., principios del S. XX

Iglesia Inmaculada Concepción, Comayagüela, inicios del S. XX

Carretera de Occidente, años 50

Ocotepeque, años 40

Tegucigalpa, años 50

María Luisa Borjas: No existe voluntad política para hacer la depuración policial en Honduras

En resumen, lo que reflexiona la ex-Comisionada de la Policía María Luisa Borjas sobre el estado actual de la seguridad en Honduras:



1. La policía se ha convertido prácticamente en una gran banda de delincuentes, donde los pocos honrados y conscientes que todavía quedan, no actúan no por no cumplir con su deber sino por temor.

2. El actual Presidente de la República toma decisiones dictatoriales y no atiende aportes, consejos, ni la experiencia de personas que conocen el manejo de estos temas, es un militar frustrado y lo único que ofrece es mayor represión.
 
3. No existe una verdadera voluntad política para hacer la depuración policial, sólo se ha manejado a nivel de discurso, a nivel de promesa, en ningún momento se iniciaron las acciones correspondientes para poder depurar y posteriormente fortalecer y tecnificar la policía. Después de una verdadera depuración, se podría salvar un 40% de la policía.
 
4. Las tropas TIGRES y la Policía Militar del orden Público son una réplica del fatídico Batallón 3-16, cuya especialidad eran la persecución, secuestro, tortura y ejecución de personas. Para mí estas unidades representan una amenaza para la ciudadanía, para el estado de derecho, para las libertades constitucionales de los hondureños.  
 
5. Se avecina una guerra de baja intensidad. Y las tropas TIGRES y la Policía Militar del Orden Público (PMOP) son militares que sólo han sido entrenadas en contrainsurgencia y combate de baja intensidad para enviarlos a la calle.
 
6. La creación de estas dos unidades y el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas, son para fortalecer y proteger la dictadura, no está muy lejos el tiempo en que vamos a ver la persecución política contra los partidos de oposición, y además contra toda persona que se  atreva a señalar las falencias y se atreva a exigir los derechos de los ciudadanos.
 
7. Frente a esas amenazas, recomienda organizarse para no responder individualmente porque nos volvemos más vulnerables, conformación de redes y comunicación para informar de nuestra situación (sobre todo las víctimas potenciales), denunciar situaciones irregulares ante organizaciones de derechos humanos de reconocida trayectoria de preferencia internacionales, y aprender cuáles son nuestros derechos y en qué leyes están contenidos, entre otras.
 
8. En este momento en Chile hay 40 oficiales del ejército capacitándose en investigación criminal, lo que implica que estos oficiales/militares, vendrán a ocupar los puestos de policías en la investigación criminal.
 
9. El retiro o “baja honrosa” y millonaria a muchos de los oficiales que deberían estar presos, es un mal mensaje para la oficialidad que actúa correctamente y un riego de que aumente la inseguridad.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Chiki, vos no te dejés

Foto: Chaliobala

Es que el man es chirizo, se viste con yines cortados, te dice “hey, chiki, páseme una bolita ahí”, todos los días te lo encontrás y te pide que contés su historia de guindarse en los buses y pedir que la gente se corra a la otra punta de las calderas… el diablo ronda en La Ronda , sube hasta la Cerro, apunta su cola hacia lo que se ve en el centro de Tegus, una especie de isla exiliada… el diablo es todo un rollo chiki, no dejés que se vuelva zalamero porque te pierde, te lleva a los puestos de vigilancia donde las banderas soplan para contar que viene la justice, no dejés que te ponga el balde sólo preguntale la edad y luego callate, no le digás que se mira muy recontrahecho, como si dos edades pugnaran en el centro de su mirada, cada una de ellas queriendo ir a los fondos o a los altos de una apariencia de duende implacable. El alero te canta bachatas mientras raja al que pase ilusionado con su rimero de tortillas ya listo, aguacate con sal, tomate y sal, sal pura bien enrollada que ya no se masticará con tristeza o contra la pared ahumada a puro ocote, naaaaaa, el alero te canta mientras te pone un zipper cobrizo en la chira, silba de ladito y te abre el espumoso pan de los ijares. Sólo es de dejarlo estar, chiki, dejalo que te muestre el algodón para taparte los oídos, las fosas nasales, lo que querrás meter en tus cuencas vacías después de abierto, pero no lo dejés que te de una nube rosa para chupar o un globo de aire inyectado en la sangre porque se frikea, manito, se pone al brinco y ya no solo se irá contra vos sino contra todo lo que se vaya reptando camino al Bosque haciéndose el de a peso pero con todo su peso muerto hundiendo más su barco… al chiki se le mete mirar los barcos desde lejos y no se le escapa ni uno por muy chalupa que parezca… y no dejés que te de la nube rosa, compa, te vas a sentir guasalillo y querrás caerle bien con toda la cara embarrada pero neles, el chiki se las sabe todas, todos lo han tentado y él ha tentado, con sus piernitas flacas y largas más largas que su sombra, entrando a las casa locas, saliendo de ellas de puntillas luego de reventar a punta de cuernoechivo al pobre san antonio que suspiraba. Fuera de kasaka, alero, el chiki es bien heavy, nadie sabe por qué te hace la ponga cuando sale de él regalarte esa nube tan fresa, la cosa es que se malea y ya no hay nada qué hacer. 
F.E.

lunes, 10 de febrero de 2014

Julio Escoto, Una parábola sobre el poder político y los poderes fácticos - Helen Umaña



Magos Mayas Monjes Copán parte de algunos datos históricos y arqueológicos concernientes a la civilización maya que floreció en Copán. Pero el tinglado novelístico posee una naturaleza ficcional en la que Julio Escoto se mueve con la natural soltura de quien, por muchos años, ha bregado en ese campo. Y, como es lo usual en su mecánica de trabajo, no escribe solo para satisfacer propósitos estéticos. Aunque sin descuidarlos, su inquietud se afinca más en el terreno de la ética en donde, además de barajar conceptos observados en obras anteriores, plantea y despeja incógnitas alrededor de un tema central: la concentración del poder político y su interrelación con otros sectores de poder. A la «Palabra» —concebida casi como entidad autónoma, de ahí el uso de la mayúscula inicial— le asigna un poder de primer rango.[1] Quien la maneja, lo tiene: ella instaura nuevas realidades, oculta otras, tuerce destinos.
La fábula es sencilla. Al gobernante de Copán Yax Pasah (Madrugada), por disposición de los grandes sacerdotes, quienes afirman haber interpretado signos funestos que predicen su muerte, se le confina a una de sus habitaciones. Al descubrir la falacia de algunos juegos ópticos, atraviesa una ventana y deambula por el palacio. De sus pláticas con Ignoto Amanecer, una de las vírgenes del templo, deduce la existencia de una gran conspiración fraguada por poderosos comerciantes del valle. El objetivo es imponer, como nuevo soberano, a un hijo de cualquiera de las mujeres de Yax Pasah quienes, por celos con relación al legítimo heredero  U Cit Tok’, hijo de la esposa oficial, también participan en el complot. Con el ropaje de un sirviente muerto, Yax Pasah recorre las calles de la ciudad. Gracias a sus pláticas con el guardasellos del horóscopo, un anciano ciego, conoce que, más que a su muerte, los vaticinios apuntan hacia el fin de la dinastía. Intenta entrevistarse con las tropas de Tikal, convocadas, en su nombre, por sus enemigos. Antes de lograrlo, lo capturan y lo encierran en una terrible prisión: la Casa de los Murciélagos. Cuando está a punto de morir, alertados por Ignoto Amanecer, lo rescatan los fieles Caballeros Águila y los Caballeros Jaguar.
A ese esquema, el autor le agrega suficiente carnadura hasta lograr la verosimilitud literaria. Con recursos y conceptos observados en El general Morazán marcha a batallar desde la muerte, Yax Pasah, quien cree en el cumplimiento de los vaticinios, piensa que está a pocas horas de su muerte. Hay, pues, una situación psicológica propicia para las meditaciones trascendentales. Salen a relucir tópicos sobre la condición humana; sobre la muerte y su relación con la vida; la ascensión a planos distintos después del deceso; en una especie de sintonía universal, se ventila la unidad ser humano-naturaleza; se especula sobre las peculiaridades anímicas de la mujer, destacando especialmente su perspicacia y poderío intuitivo; el fracaso de las situaciones donde se pretende imponer normas de conducta contrarias al instinto sexual; la complementariedad amorosa en la relación de pareja siempre que se atenúe o elimine el egoísmo personal; la necesidad de romper con tradiciones obsoletas para instaurar sociedades menos guerreristas y amantes de la paz, etc.
Dentro de ese amplio espectro conceptual, punto central son las meditaciones de Yax Pasah cuando busca las causas que explican su caída política. La clave —aunque se enmascare en la supuesta voluntad de los dioses— es sumamente terrenal: la gran expansión de Copán y los encontrados intereses económicos de los grupos dominantes, especialmente las antiguas familias fundadoras y los poderosos comerciantes. Relevante es la participación de todo el estamento religioso encabezado por Espita Azul, el sumo sacerdote, «sus cercanos doctrineros, arúspices y magos, incluso el Escribano de horóscopos».[2] Igual, la directora de la casa de las vírgenes. Sin excepción, sus altos cargos no les impiden acudir a la mentira y a la falsificación:

Al finalizar el primer katún de mi reino las antiguas familias me visitaron para reclamar supuestos derechos sobre la mitad del valle, en particular las fértiles riberas del río […]
  Más tarde fueron los comerciantes, a los que costaba simular su incomodidad con la dinastía, quienes amenazaron trasladarse a Quiriguá, […] si persistía la prohibición de talar el bosque o mi ridícula, decían, pretensión de impedirles depositar  sobre pozos y afluentes sus desperdicios de cerámica, sus conchas usadas y las cepas venenosas del tabaco que cultivaban y mercaban.
  Rehusé también, a cambio de otros favores, y fue así como comencé a repartir el poder, a corromper el poder, a perder mi poder (25).