lunes, 18 de octubre de 2010

Tocoa en su Primer Festival de Cultura Popular en Resistencia

Los poetas del festival: Nelson Echenique


Magdiel Midence

Délmer López

René Novoa

Martín Cálix

Fabricio Estrada

Edgardo Florián

John Connolly



Teatro La Siembra,de Trinidad, Santa Bárbara, y su pieza "El pájaro negro"

Doña Anunciación Hernández, de Trujillo. La abuela de la Resistencia de Colón. 87 años.




Cuadro de Danza Garífuna Lanigui Limú (Corazón de Limón), "Los máscaros" de Limón, Trujillo en Resistencia.

Mientras no se entienda que Honduras vive, geográficamente, fases históricas totalmente diferenciadas, poco habremos entendido de la cultura en Resistencia.

El Primer Festival de Cultura Popular en Resistencia en Tocoa, nos dio a los que participamos, una gran lección del cómo ser coherentes con el ritmo natural del Aguán. Los públicos entienden otras sensaciones más de la piel que del artificio intelectual, y la tierrra es otra piel que se cuida, que se defiende, que se pone a sudar.

Las palabras sirven de poco cuando comienza la danza y los tambores le imponen un nuevo galope al corazón. La palabra queda hecha trizas, entonces. La palabra sirve de poco cuando a escasos kilómetros de distancia el Movimiento Unificado de Campesinos del Aguán (MUCA) ya ha decidido pasar a palabras mayores, oraciones que tienen acentos explosivos.

Allá no existe la ideología de izquierda ni la ideología de derecha; allá existe la márgen derecha del río o la márgen izquierda del río: en una siembran los oligarcas y en la otra recuperan la tierra los campesinos insurrectos. El corozo se trasiega como quien lleva cabezas finamente cortadas y las plantaciones -como un mar indefinible- son cortadas por la zozobra de calles terrosas, donde cada rescoldo puede ocultar a un francotirador.

Allá la palabra es una construcción exógena y por lo tanto, se escucha con suma dificultad, con la ansiedad de pasar al siguiente acto, pero cuando suenan los tambores, carajo, cuando suena la parranda... Si la palabra quiere ocupar un lugarcito en la zona, debe llevar toda la carga de un tambor y de una pareja garífuna en plena punta, de lo contrario queda o muy en el pasado o muy en el futuro, pero de presente... casi nada. Así que, transpolando vertiginósamente, lo acepto, hacia el FNRP, se deberá crear otro lenguaje que unifique a este territorio cuya rebeldía no la sustenta ningún marco teórico de nuevo o antiguo cuño, sino que hace de la rebeldía o resistencia una extensión del hervor de su sangre, del temblor compulsivo de su cuerpo, del estallido continuo del paisaje.


F.E.

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