Ahora he regresado.
Sé cómo fue esa patria que fue todo y mucho menos que ahora. Todo fue ese mundo de leer sin ninguna tregua, meterme a fondo en esos mundos que están entre el tiempo y los libros.
Ahora comprendo que he regresado como del exilio y el país me sabe extraño, palpable pero alejado.
Mi hermano ha sido encerrado en esa otra forma de vivir dentro de Honduras y no sé cómo aguantará tanta libertad tanto encierro.
Ahora he regresado y sé que mi hermano está detrás del muro, porque ahora entiendo, perfectamente, que delante de todos ha existido siempre ese muro desde el cual nos hablamos a golpecitos o, lo que es más duro, que caminamos paralelos a un laberinto de espejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario