Transfiguraciones, instalación, vestidos en descomposición, dimensiones variables, 2011
Tulio, instalación, Banca, libro manuscrito, 1948, dimensiones variables, 2011
Olivia Etérea, en colaboración con Walterio Iraheta, Fotografía sobre papel de algodón libre ácido, 30x20 pulgadas, 2010
Huerto, instalación, mesa de comedor, tierra, abono, chiles, dimensiones variables, 2011
Radiografías, Fotografía, sobre algodón libre de ácido, 15x15 pulgadas, 2011
Proyección sobre vestido (video)
Lucy Argueta
Un pañuelo cae. Una hoja del verano. Un vestido se desliza
por el hombro y lo desnuda. Un misterio cae. Alguna vez te vestiste con los
encajes deletreando tu historia, como un idioma antiguo y textil, tu historia
que era la misma que la de tu abuela, la de tu hermana que heredó ese día y se
cubrió con cuidado pensando en el amor, en el viento sepia del hastío, en las
calles que fueron la pasarela más triste.
Una piel cubre a otra. Una hoja del verano rueda y se cuelga
del nuevo árbol que crece en el patio.
La banca se llena del tapiz que cuenta
lo tuyo con las señas imperceptibles con que escribe el olvido.
Te viste ante
un espejo roto y te viste bella. No hay mala suerte para quien se esfumará sin
que nadie la recuerde.
Te viste como una pequeña sombra, igual que las
muchachas sencillas que sintieron en las venas
el vago acercamiento a la costura, al corte, al remiendo mal disimulado
que logró ver el galán de tu novela.
Ha pasado el tiempo y una luz penosa atraviesa la tela. Tras
de ella, sos la sombra china que vaga en un campo desierto. Tu vida es un hilo.
Una hoja que cae. Un pañuelo que flota y cae cortando la mesa de cualquier
domingo en el que nadie te sacó a pasear.
Fabricio Estrada
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