viernes, 4 de febrero de 2011

Sergio Gareca - Bolivia

Astronauta

En tu corpiño
dos suaves mundos esperan
el aterrizaje de mis labios.

A ellos voy
seguro de encontrar vida.

Es un gran honor para mí
- que en nombre de la humanidad te amo-
poder buscarte el corazón con suaves mordiscos
y ponerme muy atento
sobre tu agitada música de excitación
para comprender algo más del universo:
tu temperatura
tu clima
tu atmósfera...

De esta búsqueda
depende mi existencia.



De todo esto

De todo esto sacamos
paso y calles
y un nada qué decir
y un nada qué hacer
ignorando si es resignación
o una nueva enmienda
de un destino por cumplir
un abrir algo
cualquier cosa
y encontrar el espejo
que imita humanidades
sin acertar a la capacidad de mentir.

Nos miramos
somos un chiste
uno malo.

Nada de lo que hubo hace diez años
nada de lo que hubo
en los sueños de hace diez años.

A estas alturas ya deberíamos ser millonarios
o haber concretado la revolución del Ché
o por mientras haberle tirado un par de zapatos a Bush
o comprado mil regalos gigantes en navidad.
Ya hubiésemos ganado el Nóbel
o encontrado la cura para el sida
o acabado con el hambre en África
o conquistado el amor imposible de tiempos de colegial.

A estas alturas ya debiéramos
haber conseguido superpoderes
siquiera haber aprendido kung fú
o metidos seis goles en el mundial
o dado la vuelta al mundo en ochenta días
o cuando menos hubiésemos conocido a Jesús.

Cómo entender que estamos aquí
y Napoleón se ríe en un tumulto
de fantasmas megalómanos.

De todo esto
hemos sacado
estar bajo el sol
sin entender dónde hemos dejado
a los niños que hacían magia
y convertían cualquier lata de sardinas

en una pelota de fútbol.


El cumpleaños de papá

Y sí
mi padre no llegó
a su cumpleaños

Lejos de mí
algún planeta se mueve
Es obvio que el universo ha cambiado
La guitarra calla y yo
tengo un poco muerto el corazón

Qué dolor el que nos nutre

En casa
el plato está lleno
de esperar

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