Padre Fausto Milla denuncia:
EL martes 23 de noviembre en horas de la madrugada se metieron a la Iglesia y la casa cural de Candelaria Lempira, para intimidar al Padre AMilcar Lara, puesto que lo único que robaron fué una custodia antigua, y dejaron las paredes manchadas con los signos nazi y el portón de la casa cural co n la frase "Cura Guerrillero". El Padre Amilcar ha sido un sacerdote que ha acompañado al pueblo oprimido en su lucha de liberación.
Conozco al Padre Amílcar, desde hace mucho (1988) y él nunca dejó de lado a nadie, mucho menos en la ignorancia que arrebata a tantos sus luces. La última vez que lo he visto fue, a pocos kilómetros de Candelaria, en Gualcinse.
Me pidió un poema que me escuchó decir, y en la plática recordamos el tiempo en que él estuvo en el seminario, en los días precisos en que junto a la misión católica, decidieron llegar a Sabanagrande, a iluminarnos, revolucionariamente. Espero que este acto no sea más que un aspaviento y que nada más pase de ahí.
F.E.
EL martes 23 de noviembre en horas de la madrugada se metieron a la Iglesia y la casa cural de Candelaria Lempira, para intimidar al Padre AMilcar Lara, puesto que lo único que robaron fué una custodia antigua, y dejaron las paredes manchadas con los signos nazi y el portón de la casa cural co n la frase "Cura Guerrillero". El Padre Amilcar ha sido un sacerdote que ha acompañado al pueblo oprimido en su lucha de liberación.
Conozco al Padre Amílcar, desde hace mucho (1988) y él nunca dejó de lado a nadie, mucho menos en la ignorancia que arrebata a tantos sus luces. La última vez que lo he visto fue, a pocos kilómetros de Candelaria, en Gualcinse.
Me pidió un poema que me escuchó decir, y en la plática recordamos el tiempo en que él estuvo en el seminario, en los días precisos en que junto a la misión católica, decidieron llegar a Sabanagrande, a iluminarnos, revolucionariamente. Espero que este acto no sea más que un aspaviento y que nada más pase de ahí.
F.E.
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