Un repaso por las principales de cine de Puerto Rico me ha demostrado que la imposición enajenante de películas de supér héroes es una cadena brutal, imposible de soslayar. Por supuesto, no es algo que ya no se esté dando en otros paises -por no decir en casi todo el mundo-, pero aquí, por lo que he visto y vivido, alcanza una continuidad imparable cuyos resultados visibles se encuentran en las conversaciones cotidianas, como ayuda referencial que salta muchas veces en la búsqueda de entender los graves retos que se vienen para este país pero, más allá de las referencias, este entretenimiento "para no dejarse llevar por la tristeza" -como dicen los presentadores de noticias y programa de variedades-, sirve como enorme cortina de humo.
Pues con esas reflexiones llegó este maniquí de sastre, altamente tecnificado y listo para el ajuste de medidas, casi como aparece la Junta de Control Fiscal que administrará la bancarrota de la isla. Superajuste entonces, ha llegado y no hay bancarrota que se le resista.
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