En el circuito centroamericano de la poesía todos nos venimos conociendo, unas veces de manera directa y otras por los ecos que atraviesan los abismos, estas nuestras verdaderas fronteras, unas veces excavadas en forma de canal otras a manera de enormes acantilados nacionalistas. El asunto es que el nombre y la poesía de Javier Alvarado ha sabido irradiar lo suficiente en nuestra región generacional como para volverse referencia puntual de lo que hacemos o modificamos desde el lenguaje poético. Le he pedido una muestra de su poesía y él, casi al instante me ha devuelto este abrazo.
Alicia en el espejo o la apertura del libro de las maravillas
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Entonces Alicia recorre su delicia
prepara las poses para la instantánea fotográfica;
Lewis Carroll dibuja el paisaje para la fotografía.
Está ahí llena de andrajos, resuelta de pordiosera,
es la lluvia de plurales, cuando todos los conejos de Pascua
se incendian y todos los demonios dejan sus remos pudriendo
en la derrotada orilla. Sus ojos son dos lagunas muertas
donde dejan los águilas sus efebos fluviales
¿Quién es ella la que entra con doradas voces
en el acertijo de la nada, cuando toda queda invocado
y puesto sobre la mesa como un huevo triunfal
para un comensal de oro?
y desayunan las huestes y las Parcas
van acampando con ese sonido de cuerpo vacío
que tienen las aves sin esqueleto y sólo canta el pico
amaestrado de su daga cuneiforme y la apertura del libro
de las Maravillas es otro salmo vocalizado por la carne
y sólo solfean las niñas desnudas para el ojo de Carroll.
Son muchas las poses para la instantánea fotográfica.
Aquí te veo, Alicia, con dedos de piedra
con ojos asustados y medias vacías sin golosinas.
¿Qué pone a nadar a los deseos en el ánfora del espanto?
Levántate, Alicia, que no duerma más tu deuda de muñeca.
¿En qué espejo de hombre entraste para descubrir las maravillas?
¿Acaso se oculta un delfín detrás de tu oreja
o es que la cornucopia de acanto se matizó en tus senos
hasta vociferar leche pastosa en cada pezón de julio
cuando en aquel paseo por el río escuchaste las sílabas
niñescas de aquel matemático de niñas impúberes
para luego iniciar esa marcha forzada de tu inocencia hacia el espejo?
Aún no se ha escrito el libro de tus posesiones
ni de las visiones terrenas que observaste en aquel agujero
cavado junto al árbol de la noche.
Se cierran tus ojos, cabecea el cuerpo junto a tu hermana.
Liebre llega tarde.
ESCRITURA PODÀLICA O LOS FANTASMAS
PARA NO MORIRSE
Entre mi pie y tu pie
Cae un rayo
Un reír o el purificar de almas gemelas
Araño tu respiración
Con ese color de Dios ante el desamparo
Invitándome a dormir como si no tuviera sueño
Como si me hubiera inventado
Ante un pecho de mi madre
Toda riente en el naufragio y en el fragor que hace
Bostezar las copas,
Y como decirlo
Si ella es extraña, paridora del Renacimiento
y de las axilas de la flauta, ahora que no hay adoración ni pactos
Para que se arrullen mis hermanos en el fondeadero,
Si es terrible
Porque no se acuerda de nosotros ni lanza puñados
De pétalos al aire;
Si es copioso para mí lo aleteante terrestre cuando tu sexo
Me hace trampas al escribir y al dinamitar todo ese relámpago
Que me hace ser maniático;
Si cada día estoy triste, como un tren de muerte
Llorando de súplica y de suplicantes
Si en esos ojos yo no me encuentro
Terciando a la abeja más pura
Para que me mates con los últimos tobillos,
Mucho menos con estas manos
Que son la medianía de estas selvas aulladoras,
Esa fanfarria colorada de los animales postizos
Tan livianos en el desvestirse
Y en el patear del oro al precipicio
Cuando caen sílabas, vocales
Extramuros, dioses, Baudelaire llorando
La parentela en el resplandor del lávame
Y el espectáculo de lo que no soy
Vertiendo uno a uno estos espejos
Y estos fantasmas que me he puesto para no morirme.
EDICTO PARA AITANA
Aitana oyó el edicto en Roma y luego acercándose
Con ese copior de islas y de voces extranjeras
Características de su porte de muchacha
De su oficio de culebra
Nos mareó con sus tinglados órficos y el detalle que nos congrega
A la violación de las hojas,
Ahora que no hay sopor ni poética
Ni leyes para los grandes maestros
Que han oído el labrar
Del tordo sobre la nieve,
Si tras este edificio nunca habrá luna,
¿Lo oyes bien? Nunca habrá luna ni cartas para el manifiesto
Si en este espejo la piedra no rueda,
Y hace falta el molinete
Para privilegiar tu sangre,
Si ese sembrado es eólico para el nido del viento
Si hay un concierto de leñadores congelados
Una metafísica rajada por las entrepiernas
Y por los bloques de cenicienta luz
Que nos han estado esperando,
Porque atiendes a los habitantes
Y te festejan
Y beben del rito bajo la lluvia,
Entre las gradas del Anfiteatro
Y te coronan con laureles los cocuyos de la eutanasia
Y tu aliento se profana bajo el sol
Y hay un algo tan cercano
Cuando hay hiel con venganza
Y cendales de artificios
Para que no me pueda levantar
En las sombras de los animales
Porque sales con tu fantasma y con tu voz
Tu hermano seduciendo al mar
La playa de funciones
Y la memoria agrupada en un volumen
Con esa ferocidad del petróleo
Que te va incendiando el pubis
Con toda la parafernalia de lo carnívoro con vidrios
Si sacas tu lengua y escribes sobre la tierra
Los artificios de tu edicto:
- Ser piel de dragón o azucena cuajada sobre el torso, sin llamar a los desheredados, a los que obsequian su casa para aquellos que lamen la fogata del aire
- Vestigio de la boca para dos cuerpos que se fundan en el langor de la cáscara de huevo, levitando en esa luz occipital parecida al cráter
- Porque esta vez el azar te dejó llorando tierra, mi flaca,
y mi obsesión del mar sin invocarte nadie, sin epistolarte los sesos con esa libertad que nos hace vencer la vendimia del trazo,
- Si hay cada litoral para desnudarte y escribir sobre el abatimiento, traducido a tus millas náuticas, a esa posesión marina de beberte y no beberte
e- Engendrarte toda entera, como un olifante y su canción o como una liana desesperada que ahorcara a los incitadores del coito, heredera de los truenos y de las bienaventuranzas metálicas
f- Y por último: yo cumpliendo con el todo, con el todo.
LA PINTURA AL OTRO LADO DE LA PARED
Atardecido por un bosquejo, ante un parque francés
Dominando las silabas y el falso otoño
Que empieza a reordenar las hojas
Imaginándote desnudo en la cabalidad del soplo
Como un soldado de terracota o como un noble escocés
Llevando la boina de las banderas resurrectas
Y un enjambre de zarzamoras silvestres en la boca
Dominando mi palabra que se turba ante tu forma
Murmurada o simbólica de expresar
Tus pequeños cuchillos silábicos que se clavan al silencio
Con el más comedido amor o como el sol que se columpia
En tu cintura, entre los retablos abandonados
O los campos repletos de ovejas, donde me posesiono
De una
E imagino la lana de tus vellos dominando
El hálito del lago o del mar que se nos viene como un secreto
Si tu cama es como una rueda donde puedo invocarte
Como un signo zodiacal o como un niño quieto
En el ámbar de mi simbólico orgasmo
Dejándote como el testigo imperecedero de mis cópulas pasadas
Si tal vez esta el orgasmo pasado en mi futuro contenido
Los viñedos derrotados y asistidos en las comuniones con el fuego
El entierro de los tordos cuando atravesamos los campos moteados
De cuarzos y de húmedos golpes
O de casas que se van hundiendo lentamente al azote del rio
Que como un dios connubial va llegando al mar para desvestirse
Y unirse a la sal de los convidados
Ojeando las mansiones terrenas que dominan como dientes
La dentadura de la costa, algo lúdico y metafórico
Como mis ojos aborígenes mirándote
Y tú solo riéndote e incapaz de murmurarme una clave
O sencillamente imaginar el árbol de raíces de fuego
Que tiembla clamándote por hacerte hoguera
Explosión brutal, hongo de Hiroshima
O posesión de la lava desde Pompeya y Herculano
Hasta mi canal de Panamá debajo de tu semen magmático
El cerebro no se guía de las bajas pasiones, dirás
Tan energúmeno es que se esconde o apacigua sus deseos
En el ejercicio de la letra,
Tus dibujos de cabezas antiguas
Que no ansían mirarme, quizás no lo sé
Todo es un vértigo increíblemente perseguido
He de ser un hada acomodándote los músculos del rostro
O un pequeño pedestal donde ha de dormir
Tu cuerpo;
Puedes pensar de mí, un común homosexual
O una reprimida puta, tú puedes ser un cielo
Y yo tu pájaro abreviado, un lingote
Vegetal asumido a tus guarniciones infinitas
En las angustias del sándalo y del trébol
Conjugando a un Salomón y a una reina de Saba bendecida
Por estas mercaderías y caravanas de olores tropicales
Tan diminuto me puedo quedar como un grano en tu cosecha
En tu adobe solar que se transmuta en oros y topacio
En mórulas vocales que dominan el arrebato de la lengua
Las cámaras y las nuevas postales de una tierra nunca vista.
Dirás: No soy la causa de tu desdicha
y ante otros también te rendirás.
Una palabra amarga basta para dulcificarse
En aquellos que creemos y que puede ser la miel
Más heterogénea, homogeneizar dos cuerpos
En una sola perfección de células.
LA TEJEDORA DE COVE
A Ciara Phillips
Dijo la fáustica, hágase el prodigio
Digamos que cosemos sobre el ceremonial del tiempo
Ni el mismo William Butler Yeats al amparo de esta cita
Al pie de la página, que nos abre una y otra vez
Los espejos locos de esta arteria.
Javier Alvarado (Santiago de Veraguas, Panamá, 28 de agosto de 1982) es un poeta panameño, cuya obra ha recibido varios premios. Hizo sus estudios de bachillerato en el colegio Panama School y se licenció en Lengua y Literatura Españolas en laUniversidad de Panamá (2005).
- "Tiempos de vida y muerte" (INAC, Panamá, 2001)
- "Caminos errabundos y otras ciudades" (UTP, Panamá, 2001)
- "Poemas para caminar bajo un paraguas" (Imprenta Alvarado, Panamá, 2003)
- "Aquí, todo tu cuerpo escrito" (INAC, Panamá, 2005)
- "Por ti no pasa nunca el tiempo —y otros poemas al espejo—" (Panamá, 2005)
- "No me cubre de edad la primavera" (Poemas de Ocù) (Panamá, 2008)
- "Soy mi desconocido" (9 Signos Grupo Editorial, Panamá, 2008)
- Carta natal al país de los locos (Poeta en Escocia)México, 2011
- "Ojos Parlantes para estaciones de ceguera (Nicaragua, 2011)
- "Balada sin ovejas para un pastor de huesos (UTP, Panamá, 2011
- "El mar que me habita"
- "Viaje solar de un tren hacia la noche de Matachín"