La pátina de la violencia está en todo lo creado dentro de Honduras, y así fue que escribí mi poemario Blancas Piranhas en el 2011, como un pálpito que seguiría provocándome arritmias ante cada última hora anunciada en los noticiarios. El asesinato de la estudiante de enfermería Keyla Martínez ha conmovido a toda la nacionalidad no uniformada dentro del país, la que civilmente llora a sus caídas dentro de la espiral patriarcal femicida. Este es mi pequeño pero sentido homenaje y reclamo para que se haga justicia.
https://drive.google.com/file/d/1uNoAPiNlpzQRT5ye-IT-kctR59s1p6OP/view?usp=sharing
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