Una vez que te han dado todas las imágenes de la destrucción, te quedás pensando en si todavía existen las muestras de la vida ahí, en la Damasco asediada, y resulta que la juventud se las ha arreglado para mantener la idea de la paz. Lo que pareciera un rave en cualquier plaza de occidente y no la herida terrible de la Siria en conflicto, lo que pareciera que es contrario a la muerte diaria... Me he preguntado siempre qué sucede con la juventud que se queda, la que de pronto se ve inmersa en el fuego cruzado. Desde Ernst Jünger hasta estos jóvenes que bien podrían ir mañana al frente, la guerra se revela como la mayor locura de nuestra especie.
miércoles, 19 de octubre de 2016
Siria laica: lo que occidente no quiere que veas
Una vez que te han dado todas las imágenes de la destrucción, te quedás pensando en si todavía existen las muestras de la vida ahí, en la Damasco asediada, y resulta que la juventud se las ha arreglado para mantener la idea de la paz. Lo que pareciera un rave en cualquier plaza de occidente y no la herida terrible de la Siria en conflicto, lo que pareciera que es contrario a la muerte diaria... Me he preguntado siempre qué sucede con la juventud que se queda, la que de pronto se ve inmersa en el fuego cruzado. Desde Ernst Jünger hasta estos jóvenes que bien podrían ir mañana al frente, la guerra se revela como la mayor locura de nuestra especie.
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