Pocos le entran a un cuarto de espejos. Para entrar a este laberinto de representaciones se debe tener conciencia exacta de quién se es, de quién, por supuesto, no se es. Sin más, en las actuales consideraciones del poder mundial, Estados Unidos es, a través de sus embajadas, el mayor cuarto de espejos que existe en el teatro del mundo, y eso hasta los chinos lo saben cuando despliegan sus ceremonial recíproco durante cualquier conversación a dos bandas que realicen con Estados Unidos.
El político que entra al plano de la participación democrática sabe que entra a la representación de una escena con mil gestos mímicos, al igual que un luchador de artes marciales organiza y prepara su cuerpo con diversas fintas antes del golpe certero; aún y cuando se le presente ante sí un oponente que se oculta en diversos reflejos, la auto-afirmación lleva a la concentración de objetivos. El cuarto de espejos, entonces, es vencido, anulado.
La aceptación, por parte de la dirigencia de LIBRE, de asistir a la fiesta en celebración del 4 de julio, es de las mayores concesiones simbólicas que la Resistencia Nacional debía pasar una vez aceptada la lucha electoral y con ello, pasar al siguiente plano de la lucha por el poder en todos sus ámbitos. El mensaje es claro, por parte de la embajada: "NO HAY RADICALES en esto, NO HAY CONFRONTACION IDEOLOGICA, así que por favor, ustedes, señores del Parido Nacional y Liberal, vayan bajando el tono confrontativo porque sino ni siquiera nosotros podremos estabilizar esto". En gran parte, este mensaje, deja sin mucho argumento el sanbenito de la oligarquía criolla en cuanto que LIBRE representa el oscurantismo rojo que amenaza con alimentarse de la expropiación y otras taras de la guerra fría. La situación de Honduras es tan compleja en su cotidiana movilidad social pero tan definida en sus actores electorales que, la embajada de Estados Unidos, empoderada desde siempre en su papel definitorio, ya ha encontrado un plan B para crear un balance momentáneo... mientras le encuentran el verdadero hilo a su participación local, algo que se les viene extraviando de cuando en cuando debido a la incontrolable mentalidad criolla-colonial.
Ahora bien, hacer la concesión de asistir a esa por siempre inquietante fiestecilla no significará perderse entre sus brillos y reflejos. Que LIBRE se haya convertido en actor clave del proceso electoral no significa que puede poner condiciones al poder abrumador de la dominación histórica imperialista, pero sí que puede elevar una estatura y personalidad que solo la conciencia de clase brinda, aún en medio de todos los espejismos.
F.E.
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