Me permito el escalofrío pueril, fantástico y delicioso de crear un paralelismo: el que Borges intuyó la WEB y todas sus redes sociales. Quizá una mente con tanta información calibrada y relanzada en variantes asombrosas dentro de sus narraciones y poemas no pudo evitar desbordarse dentro de los territorios de la especulación mediática. Quizá, en una especie de tanteo ultra sensible, Borges dio con estos espacios o confines de la soledad:
"Casi inmediatamente, la realidad cedió en más de un punto. Lo cierto es que anhelaba ceder.
Hace diez años bastaba cualquier simetría con apariencia de orden -el materialismo dialéctico, el
antisemitismo, el nazismo- para embelesar a los hombres. ¿Cómo no someterse a Tlön, a
la minuciosa y vasta evidencia de un planeta ordenado? Inútil responder que la realidad
también está ordenada. Quizá lo esté, pero de acuerdo a leyes divinas -traduzco: a leyes
inhumanas- que no acabamos nunca de percibir.
Tlön será un laberinto, pero es un laberinto urdido por hombres, un laberinto destinado a que lo descifren los hombres. El contacto y el hábito de Tlön han desintegrado este mundo. Encantada por su rigor, la
humanidad olvida y torna a olvidar que es un rigor de ajedrecistas, no de ángeles. Ya ha
penetrado en las escuelas el (conjetural) « idioma primitivo» de Tlön; ya la enseñanza de
su historia armoniosa (y llena de episodios conmovedores) ha obliterado a la que presidió
mi niñez; ya en las memorias un pasado ficticio ocupa el sitio de otro, del que nada
sabemos con certidumbre -ni siquiera que es falso-.
Han sido reformadas la numismática, la farmacología y la arqueología. Entiendo que la biología y las matemáticas aguardan
también su avatar... Una dispersa dinastía de solitarios ha cambiado la faz del mundo. Su
tarea prosigue. Si nuestras previsiones no yerran, de aquí a cien años alguien descubrirá
los cien tomos de la Segunda Enciclopedia de Tlön."
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