viernes, 7 de agosto de 2015

Diana Espinal - Honduras



Cuando la poesía de Diana apareció publicada en nuestro medio, era evidente que algo había pasado en el cambio de las formas poéticas que expresan lo erótico. En el principio fue su verbo, pues aún no tenía la edición impresa, tenía la vocalización y el reto permanente de su performance cuando leía en público, ante oídos aún timoratos. Pocos entendimos que las vertientes surrealistas habían hecho en la poesía de Diana imagen pero no semejanza, manzana sin morder en un paraíso donde Eva está en cacería. La precisión de sus versos y el desdoblamiento imprevisto son su cerbatana ¿y la presa? la imaginación que recorre el cuerpo con la punta de los dedos.

Esta poética agarró por sorpresa al machismo canónico, yo podía verlo mientras estaba en la mesa junto a ella, en alguna lectura donde ambos coincidíamos -que han sido muchas-, y lo primero que observaba era la reacción de lxs jóvenes entendiendo el signo y esperando más, alborozadxs. Entonces fue cuando fui comprendiendo lo que es leer a nivel sensorial, como lo explicaba Bretón y como lo definía con su dicción Diana. Ahora que recuerdo esas lecturas es cuando pienso que México -donde ahora reside ella-, tiene en resguardo una de nuestras poetas generacionales que sabrán plantarse con firmeza en nuestra historia literaria, con látigos de sándalo sobre nuestra insípida y provinciana piel bondage.



“En todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación".
(Octavio Paz.)

1.-Quiero Regalarte
Un orgasmo triple
todas las tardes:

Uno urgente
Que suene a corto circuito y huela a esporas encalladas en deseos sazones
Capricornio y guitarras.

Uno oblicuo clarividente
que tenga epidemias de lengua efímeras
latitudes
meridianos
para rasgar en pedazos el cuarto

Uno ecuestre
que como vieja caldera desgaje al animal fluorescente
ávido de espacio
células
naufragio de profundas telarañas
refugio de lo absoluto.


2.- Debo quitarme la ropa
sacar las viejas cuentas de vidrio molido
enterrar sahumerios
convocar tizones y pezones de cangrejo
pestañeos burdelinos

Es hora de esculpir tus epicentros.


3.- Cuando escampen tus manos de alfarero
Rozaré los ecos de los postigos

Cuando escampen las bisagras
saltaré fuera del círculo
desdoblaré mi sombra
los espejos callejeros y desconociendo tus molinos
me encontraré
un quince de diciembre a la altura de la cicatriz del fuego.



4.- Saberte mío en el instante
es lo enorme viniéndoseme encima
las llamas del estruendo
lamen mis mejillas de bahía disyunta

Tengo miedo de estremecer los bordes del precipicio
y romperte en pedacitos de indicios.


5.- Aquí en el sinfín de corrientes sastres
completamente sordomuda
impasible…
me dibujan a través del indicio dos luces de hebilla

Me ubican distante
justo en la frontera del añoro
zurcida me envuelvo
en instantes
en instancias
en instintos.


6.- Entre las fauces de un vuelo
apenas temblorosa
intocable
he yacido en cuartos menguantes que taladran pianos

Temo resbalar por canales de papel mojado y masticar cortinas de almendra.


7.- Me desnudo en tu boca de almendro
acantilado entreabierto
desprendo los ruidos
los ruedos y el biés de mi falda
allá lejos
entre el agua y la sal
te desnudo dentro de múltiples lunas.


8.- El biombo del viento
me acorrala con las alas de cien murciélagos
punza las cítaras de la luna…

Invito al viento Etesio
a tomar un ron de sudor nocturno y en las rocas
soltar telones
morder labios
revolcar tintas en ceniza.

9.- El pleamar resplandeciente de tus labios
profanó los míos cuando la noche deshojaba tu olor de hombre escarlata

Hoy en la estepa del enigma
tarareo olores bermejos.


10.- Enhebras mis hilos con tus manos
zurces mis entrañas con tus entrañas
siento que se estallan las riendas que me enredan y me enervan

Enhebro tus hilos con mis dedos
meriendo el desborde del océano y el gimoteo de la ola

Entre tú y yo
el rechinar de las bisagras
el apagón del inconsciente en el punto central del éxtasis
en la estrella cefálica.


11.- En la dimensión del estruendo
la vida se derrama del renglón…
el mar desentierra sus viejas canicas morenas
se enmaraña mi magia con tu veteranía
y
las suaves mordidas de lengua
ondulan
Indelebles en las butacas de jabón.


12.- He e ayudarte a sonar como el mar
a retorcer los arabescos besos de lengua que no sueltas por temor a la araucaria

He de ayudarte
a encontrar el ritmo de los arenques plateados
arrodillada y en escorzo hacia las rocas
romperé tu cota de mallas
tus guanteletes
y como el armiño cambiaré mi pelaje negro por uno blanco

Perfecto como en una agitación de espejos rotos.


13.- Despertá acariciando pergaminos de liquidámbar
regresá de ese precipicio de orquídeas que te acosan
permití que limpie con mi lengua el poniente del depósito de tus lágrimas
la lumbre de tu sonrisa
el pulso acelerado…
Perpetuemos grillos en las manchas de la luna
en cálidos despertares
sabré provocar en ti aguas recién drogadas en nueces.


14.- Depílame haz aquel corte con cara de escarmiento
expone mis dragones íntimos
los impresionistas y los cubistas

Desdobla los rizos reticentes
los murmullos de labios que explotan en el silencio

Reduce poco a poco la melena
Inténtalo…

Guarda en tu mente este cielo cielo
yuxtapone el complemento
con tu lengua lengua a 90°.


15.- Vibré como una catástrofe contradictoria
Inexacta, inclusive en la estructura y en la teoría

Más en el remanso, mutilé resurgencias
Memorias impenetrables
Albedríos…

Y con la ansiedad dulcificada
Convertí tu equidistancia en surtidor de antorchas que afables se adhieren
En busca de tu sierpe.



Diana Annabell Espinal Meza. Diciembre 1964. Tegucigalpa Honduras. Lic. en Literatura, por la Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán“.
 
Autora de los Poemarios: 1.- Del Ladrido del Sombrero a la Escama del Sol. (Agosto de 2007.); 2.-Tras los Hilos. (Junio de 2004.); 3.-Eclipse de Agujas. (Mayo de 2000.)
Autora del Poemario Inédito: "Reiteración de Cornisas”.
 
Investigación: 1830: Vida y obra del poeta Justo Pérez. Inédito. 1998 – 2004

Representante Internacional de la Casa del Poeta peruano en Honduras.

Traducida al Catalán por: Peré Bessó. (2008). Mis poetas contemporáneosen catalán.
 
INVITACIONES INTERNACIONALES:
 
1.- II Encuentro Internacional de Poetas E investigadores en Homenaje a Ernesto Cardenal. Invita: Universidad Autónoma de Chiapas. Escuela de lenguas- Tuxtla C-1.
México, 30-31 de agosto, 1 de septiembre de 2007.
 
2.- VI Encuentro Mundial y XI Nacional de Poetas. “Iván Vásquez Salazar y Benigno Araico Baca.” Chimbote, PERU. HONDURAS, país invitado de honor. Noviembre de 2006.
 
3.- VIII FILGUA y X FILCEN.
Encuentro de escritores centroamericanos. GUATEMALA. Agosto de 2006.
 
4.- I Encuentro de Escritoras y escritores en PANAMA. Invita: Universidad Tecnológica ROGELIO SINAN y La Asociación de Escritores de Panamá, coordinado por el escritor: Enrique Jaramillo Levi. Del 2 – 7 de octubre de 2005.
 
5.- III Encuentro Internacional de Poetas. ECUADOR. Invita: Universidad Laica “Eloy Alfaro” Manabí.
 
6.- XII Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el país de las Nubes. México.  Oaxaca. 2004.
 
7.- Consolidando la Cultura de la Paz por medio de la Poesía. San Salvador, El Salvador. Mayo de 1999.
 
 
ANTOLOGADA EN:  
1.- “Palabra Iluminada” El discurso poético en Honduras. Por: Helen Umaña. Lic. En Lenguas y Literatura Española, Universidad de San Carlos Borroneo en Guatemala. Editorial Letra Negra, Guatemala. 2007.
 
2.- “Los Amantes llegan al Puerto” . VI Encuentro Mundial de Poetas. Chimbote. Perú. 2006. Clasificada entre los poetas de HONOR LATINOAMERICANOS. 3.-Jornadas para las Mujeres. Honduras. Editorial IXBALAM. MUA “Mujeres en las artes” Leticia de Oyuela. Christian AID. 2006.
 
4.-“Los Ángeles también cantan” Proyecto de CD. A nivel Latinoamericano. Casa del Poeta peruano. Lima Perú.
 
5.- “Voces sin fronteras”. Ediciones Alondras. Montreal Canadá. Junio de 2006.
 
6.- Poetas del Mundo: (Toluca-México). Voces para la Educación. Convocada por el sindicato de maestros al servicio del estado de México. Coordinado por la escritora: Lina Zerón. Noviembre de 2005.
 
7.- Proyecto “Libros sin tapa” (Uruguay). Mujeres de la Torre. Nuevas Dulcineas Latinoamericanas. Sello Editorial aBrace. En CD. Coordinado por el escritor: Roberto Bianched.
 
.- “Letras del Desamor” (Uruguay). Sello Editorial aBrace. Marzo de 2005. Coordinado por el escritor: Roberto Bianched.
 
9.- “Poesía de Raíces Mágicas” Oaxaca- México. Anuario 2004. Mujeres en el país de las nubes. Centro de Estudios de la Cultura Mixteca. Colección VIZDU.
 
10.- “Cómo ángeles en Llamas” Perú. Editorial Maribelina. Designada por la Comisión Académica  Como: LA POETA EXCELENTE. De las selección latinoamericana referida.
 
11.- Cintura de América. El Salvador, San Salvador. Primer encuentro de Escritores centroamericanos. Santa Ana. Noviembre de 2001.
 

lunes, 3 de agosto de 2015

La fiesta hacia adentro - Fotos: Fabricio Estrada

En base a la vibración van a encender un fuego –me dije-. La casa vibra como un panal en la frecuencia que se emite el calor que se necesita y, si  el calor desciende, habrá que ir por él afuera, donde está el aguardiente, regresar con los dedos encendidos y hacer la fogata de la música alrededor de la cual bailarán todos en silencio, apretados.
Estas fueron mis primeras impresiones al llegar a la fiesta del bautizo de la nieta de Gissel, en la aldea de San Patricio, Sabanagrande. Tenía el nuevo lente .50 mm para estrenar y las ganas enormes de llevar a mi hijo a una caminata nocturna hacia la aldea, con los amigos de toda la vida. Llevaba a Esteban. Sería su iniciación en algo que es profunda tradición y que aún convoca, muy lejos de la pre-fabricación de discomóviles que llegan al pueblo, muy lejos de lo que parece estandarizado por las cadenas radiales y su enajenante programación musical. 





Nos vamos camino al cementerio y lo único que cambia es, que en lugar de focos de baterías, lo que nos ilumina el camino son los celulares. El resto de cosas sigue en su orden: las sombras de las tumbas, las piedras ferrosas sueltas y los viejos santuarios donde bajábamos a jugar en la ruta del río y sus pozas.

Hay ansiedad porque no se deja escuchar la fiesta. Son las nueve de la noche y, cuando ya llevamos un kilómetro y medio en el laberinto, nos llega de pronto el ritmo monocorde de las cuerdas y ese canto que no se distingue del cantado en las viejas romerías que llegaban a las ferias. Sin perder el tiempo, entramos –a otros tiempos- a la pequeña casa donde han dejado libre la sala para que toque el conjunto. No hay mejor definición que conjunto para este tipo de agrupación musical, sí, aquí la música se hace simultáneamente a otra cosa con un fin común, y a duras penas se distingue un instrumento de otro hasta que uno se acerca al círculo de protección del fuego y se da cuenta que la llama pulsa, casi en su entera forma, desde el bajo.






Contrario a la música garífuna donde el tambor es el que marca y orquesta y la agrupación de músicos y cantantes se despliega en abanico hacia los presentes, en el conjunto de cuerda del sur de Honduras –en su manifestación más atávica, al menos, la que yo volví a presenciar- los protagonistas se cierran en círculo apretado en torno al bajo, el violín,  la tumba, la guitarra y la caña (dos latas soldadas con maicillo en su interior que hacen las veces de maracas pero en forma única y tubular). Es decir, se organiza la fiesta en torno a dos formaciones cerradas: la de los músicos y la de los que bailan, y cada una es independiente de la otra y crea, durante toda la noche, una dinámica aparentemente inconexa, pues los músicos están en su mundo y casi se podría decir que hacen la música para su propio provecho. 






Otra de las características reside en que los músicos van entrando y saliendo del círculo en un relevo continuo marcado por la ingestión del guaro (aguardiente); es así que el próximo bajista bien puede estar calentándose entre los que están en el patio o los que están bailando, lo que a primera vista parece ser una cantera inagotable de músicos dispuestos a que el fuego no se apague. Las canciones van cantándose a intervalos de tres una vez que se ponen de acuerdo cuál tocarán, y es en ese momento, el de ponerse de acuerdo, donde se manifiesta la mística del baile, porque las canciones que vienen se dicen en murmullos, entre ellos y casi al oído mientras afinan y encienden cigarros, en un siseo que también trata de guardarse hasta el estallido mismo del ensamble y las armonías. Alejo Carpentier, en su novela Los pasos perdidos, puede ayudarme con mayor exactitud para explicar este instante esencial y previo al baile:

Hay un silencio ritual, preparador del ensalmo, que lleva la expectación de los que esperan a su colmo. Y en la gran selva que se llena de espantos nocturnos, surge la Palabra. Una Palabra que ya es más que palabra.



Comienza entonces a bailarse el secreto, porque secreto es lo que se dice aprovechando la cercanía y la estrechez, secreto es la mano que pocos ven bajando por la espalda de la muchacha y afianzando la cintura incluso más abajo. El baile está contando un secreto –me diría al oído Diane Arbus- y los niños, subidos a las ventanas, metidos entre las piernas de los ya mareados bailarines, husmeando entre las cortinas, asisten a la primera visión del celo y su ritual, con ojos de azoro y nerviosismo pre-adolescente.










Yo, en cambio, he visto cómo la palabra emprendía su camino hacia el canto, sin llegar a él; he visto como la repetición de un mismo monosílabo originaba un ritmo cierto; he visto en el juego de la voz real y de la voz fingida que obligaba al ensalmador a alternar dos alturas de tono, cómo podía originarse un tema musical de una práctica extramusical.
Carpentier sigue asistiéndome mientras trato de no intimidar demasiado con la cámara. Me pego al conjunto y veo los rostros del sincretismo más delirante, el cimarronaje que hizo de la polka este espacio único enclavado en las montañas del sur hondureño.






Los antiguos esclavos que huyeron o fueron deslumbrados por una libertad imprevista y que ahora habitan y se multiplican en el silencio, en los campeonatos de fútbol, en las filas de la Policía Nacional o del Ejército. De una costa a otra supieron hacerse libres, pienso, llegaron negros y al cruzar el territorio hacia el sur, el país y la historia filtró su sangre. Lo que se canta de frente al mar y con hondo grito en la costa norte aquí, en la costa sur, se canta hacia adentro, hacia las sombras, de espalda al viento para que éste no venga y apague la llama de su esencialidad.




Que siga el baile, entonces, decimos mientras nos retiramos con Fidel, Winga, Pavón, Saúl, Andrecito, Jovel, Lupita, Allan y Esteban, que ya conoció que al final de todo camino en la noche hay siempre una aldea con una fiesta a espaldas del tiempo.