lunes, 20 de octubre de 2014

De pompas de jabón

Propongo: seamos tolerantes, aunque sea un momento de buena civilidad como condescendiente detalle que nos muestre cosmopolitas. Digamos entonces que los estudiantes de la Universidad de San Andrés, en Inglaterra, protestan a su modo en su Raisin weekend tradicional. La espuma tiene algo que ver con las viejas sensaciones de la niñez, en aquel exceso feliz dentro de la bañera cuando le hacíamos saber a papá y a mamá que nosotros queríamos más, romper los límites, ser rebeldes aunque nuestra rebeldía durara apenas lo que una pompa de jabón. Be free! Be soft! Be funny! But no more!

Seamos duros: ¿con qué tendrían que cubrirse estos estudiantes mexicanos para protestar? ¿Con sangre?

Línea Blanca -René Morales, México

1.1

En un rincón del mundo
en donde sólo es posible la rabia
escuchen señores y amos de mi patria
afuera los que jamás fueron consolados

los que entienden la vida
como el acto de no estar muertos

le prenden fuego al mundo
y ya solo queda la seguridad                           
de que todo esto  ahora es imparable



1.2

Aquí siempre hay una segunda chanza
lo importante es no andar jotiando
y diciendo que ya valió verga 

aquí siempre hay una segunda chanza
por más jodido que se vea todo en esta ciudad
en donde el calor se acrecienta gracias al odio

aquí siempre hay una segunda chanza
ya que aún se puede respirar
el aire frio de la mañana
para saber de esa manera
que ni este libro
ni usted
ni yo existimos




Burdel el Bambi o solo dios sabe como se puede trabajar aquí

A mi no me sobra el pan
ni hablo sobre asesinatos
ni me interesan los ladrones de uvas
yo no hablo sobre el color de mis pasos
ni sobre el zumbido de los insectos
yo no hablo sobre mis labios cocidos
ni sobre el germen de trigo
que crece en las avenidas de esta ciudad abandonada

yo solo he venido hasta aquí
para sentarme a esperar un tren sin horarios
que me lleve un poquito más al norte






Monterrey 2:01

He aquí la justicia
la muerte de las bestias de lujo
un coagulo de sal
la  línea blanca
el sonido rojo y cortante
de un anzuelo de plomo cayendo sobre la hierba

he aquí la justicia
la gritadera de las hembras
el aleteo descompuesto
el matadero y sus rincones
el silencio de los caballos
-el viento-
el silencio que ahora vuelve
para apoderarse de la tarde







2.2

Algo queda de mí
en esta patria vacía
en esta fe sucia
en estas víctimas degolladas
como gallinas para un domingo de fiesta

algo queda de mí
en esta pedacería azul
en estas manchas rojas

que acompañan esta tarde inolvidable de ejecutados.

sábado, 11 de octubre de 2014

Un rincón - Foto Fabricio Estrada

Hubo un momento no fácil de identificar en nuestra historia, donde la simple brutalidad de los sargentos cariistas se fue volviendo más sofisticada e ideológica, casi coincidiendo con la caída o decadencia de Honduras como república bananera. Un nuevo verde comenzaba a sembrarse en nuestros campos, el verde olivo de los nuevos batallones que el departamento de Estado de USA iba organizando a través de una doctrina militar de ocupación del territorio y represión a todo movimiento anti-sistémico. Este montaje se acompañó con una serie de ocultamientos celebrados desde las organizaciones políticas tradicionales. Fiestas y reuniones agasajaron el ascenso de un militarismo que, a pesar de todo, le faltaba el impulso coherente de un capital tecnócrata con todo y sus mecanismos de alienación mediática masiva, cosa que hoy sí se muestra en el marco de un smart power difundido por múltiples canales.


jueves, 9 de octubre de 2014

El terror doméstico

Tiemblo de miedo ante la absoluta inmovilidad del estudiantado hondureño ante la masacre de los normalistas mexicanos. Me llena de un profundo temor pensar que la desarticulación con la realidad esté llegando a niveles tan impresionantes, sobretodo porque los elementos que condujeron a esta masacre son una calca de nuestra realidad o un adelanto de lo que puede ocurrir una vez que los militares PM ya dispararon contra un microbús aquí en Tegucigalpa y que, en la sórdida conciencia colectiva, aún humean los 373 calcinados de la prisión de Comayagua.

Se retornó al la Honduras autista en todas sus latitudes humanas y sociales. Es como si una fuerza oscura se hubiera plantado en el ánimo, una vergüenza y cobardía que impide dar un paso hacia el entorno que nos grita ¡pronto les toca a ustedes! El espantoso desollamiento del joven normalista Julio César Mondragón ¿no está indicando contra qué fuerza radical estamos dialogando? Porque se dialoga, sí, se habla con las autoridades, se le permite uniformarse y pavonearse por la calles con toda y su latente violencia o sus implicaciones manifiestas en los múltiples asesinatos de jóvenes en Honduras, una hemorragia que se presenta a diario como un mal sueño o como una hoja que pronto arrastrará el viento.


Julio César Mondragón era su nombre. Mexicano. Estudiante para maestro. Sufrió en carne propia el asalto de toda ese desquiciado poder mezcla de paramilitarismo y sonrisas burocráticas. No están bromeando y no hay retórica en sus acciones. Es simple: tomaran por asalto nuestro rostro y no habrá súplica ni derecho. Le arrancan el rostro a la ciudadanía indefensa pero ellos y ellas se muestran en los diarios, en las revistas de moda, en la primera fila de las misas oficiales, en los noticiarios, en los afiches de campaña política. Los conocemos y sabemos que se pasean como la muerte más fina.

En verdad tiemblo. Los policías y militares que asesinaron a estos estudiantes mexicanos tienen las misma mentalidad que los nuestros, muy seguros que los políticos vernáculos les ocultarán su accionar con toda y sus continuas violaciones y complicidades directas con el narco. Las movilizaciones que se están llevando a cabo en México demuestran que la indignación es tal que el mismo gobierno de Peña Nieto puede estar en la cuerda floja. Una ola de rabia sacude México, las bases sociales están moviéndose y despertando de su letargo pos-electoral en la que fueron humilladas con un fraude enorme, golpeadas anímicamente por el cinismo. ¿Estaremos esperando en Honduras que suceda una masacre de tales dimensiones para encontrar el hilo roto de nuestra dignidad? ¿Esperaremos que algo fortuito pero aterrador conjunte de nuevo nuestra conciencia humana? Hace un par de años fueron fusilados casi 70 hondureños migrantes en suelo mexicano ¿se movilizó la población conectando los hechos con las políticas públicas criminales del Estado hondureño que obliga a la población a escapar del país? "Ese es problema de cada quien, buscar soluciones económicas" afirma la reducida opinión de la gente de a pie. Y sí, el reduccionismo cínico de la clase política actual ha logrado calar y educar en la indiferencia. ¿Nos movilizamos por el ataque de los PM a los miskitos y a los pasajeros del microbús? "En algo malo andaban, nadie recibe un ataque si no anda en algo" (...) y así continúa la reducción del espacio visual, tan reducido que de pronto lo que queda es un ser humano que mira embotado la tele, escucha la entrevista a los mismos que avalan o planifican la masacre futura. La víctima es la sospechosa, la víctima espera ser víctima de nuevo, la víctima marca tarjeta en su labor infame de ser víctima con horarios puntuales.

Las voces que deberían mantener el dedo en la llaga por oposición política natural, se pierden en nebulosas y trampas mediáticas que el mismo sistema opresivo les monta ¡Hablar de deuda pública cuando la gente muere por decenas a nuestro alrededor! ¡Hablar de lo fuerte que somos como partido sin ninguna acción parlamentaria que respalde esa fuerza! ¡Hablar de liderazgos cuando este sistema violento ya está eligiendo, al azar, las nuevas víctimas de la humillación! ¡Hablar de liderazgos cuando no se puede dar lectura a lo que de México viene en camino, como una muerte migrante en busca, aquí mismo, de su sueño mesoamericano!

Tiemblo ante lo que viene, tiemblo ante tanto silencio y liderazgos domesticados!



domingo, 5 de octubre de 2014

Una pena grande, otra pequeña - Fotos Fabricio Estrada




Palimpsesto urbano - Fotos Fabricio Estrada

Llega un momento que todo el lenguaje de la urbanidad se fragmenta. Aquello que fue comunicación va siendo borrado por los elementos naturales o por la desidia. Las construcciones van haciendo palimpsesto y ya no quedan más que burbujas de un lenguaje extinto. Quedan así por años y años, como palabras de un pez que boquea fuera del agua. Los signos que ya no comunican revelan lo que en sí ha quedado en la sociedad. ¿Por qué no borrarlos de una vez? No, no hay intención. Que venga el tiempo y sus años y ese silencio tan extraño dentro del país, formado por palabras inconexas y atisbos de modernidad.








viernes, 3 de octubre de 2014

Taller de Fotografía Documental con la EAT

Me honra sumarme al esfuerzo artístico de Lucy Argueta y Léster Rodríguezcon su Escuela Experimental De Arte En Tegucigalpa. Estaré replicando la clase que impartí en CEUTEC La Ceiba el año pasado. Inscríbanse, sólo hay cupo para diez.


Del día del soldado, 3 de octubre

Desde la Muskitia hasta El Corpus, Choluteca, desde los bulevares de Tegucigalpa hasta las serranías de Lempia, la violencia militar se ha elevado a un nivel de auténtica dictadura en Honduras. No hay retén militar que no haya disparado ya contra civiles desarmados, causando muerte y heridos sin ningún tipo de freno legal. Los mismos que abrieron las válvulas para el retorno de los milicos al poder quedan pasmados ante los desmanes. Hablo de esa clase media ingenua convertida en clase política acompañante del golpe de Estado del 2009.

Es sintomático que los últimos hechos de violencia por parte de los militares hayan ocurrido, precisamente, mientras juan orlando hernández se escuentra fuera del país promocionando Honduras ante los inversores europeos, es como si hubiera una orden de por medio para crear un ambiente represivo que no hiciera notar la ausencia de joh. Al mismo tiempo, comienzan los canales televisivos a poner en duda si es un acto violento o no que un policía militar dispare a mansalva contra un microbús, olvidándose por completo de la grave afrenta a los derechos ciudadanos.

¿Considera usted que estuvo bien o mal que la policía militar haya disparado contra el bus que no se detuvo por el retén? Más o menos rezaba así la tele-encuesta de abriendo brecha, con las consabidas repuestas: más del 90% está de acuerdo que se haya disparado bajo el argumento que se debe respetar la ley. De la misma manera se expresó el director de transporte al responder que ese bus era "brujo" (ilegal) y que se debía estar claro que se debe respetar a las autoridades. En HCH se fueron por el mismo tono y los mensajes en vivo eran de una vileza cruel y exaltada. ¿Quiénes mandaban los mensajes? La población que usa esos mismos buses. Hoy por la mañana, se pasaba la noticia desde Brus Laguna, La Muskita, de las condiciones de violencia que habían impuesto los militares en la zona. Se entrevistaba a una enfermera cuyo principal llamado era: "señor presidente, deje de estar hablando de narcotráfico, narcotráfico y más narcotráfico cuando se refiera a quienes vivimos en la Muskitia... eso alienta a los soldados. Háblenos de trabajo, de superación... nosotros ya no podemos construir una casa de concreto o comprar un carro porque ya vienen y se nos empieza a ver como sospechosos de narcotráfico".

Ahí está la clave. Una clave que permite comprender la gran mascarada con la que el ejército hondureño monta su entronización.

Las siguientes fotos son del Corpus, Choluteca. Los que son torturados con la capucha son dos muchachos parientes de mineros, los mismos mineros que murieron soterrados ahí, en el cerro Culcumeca y para quienes se elevó a categoría de mártires y se les hicieran hasta anuncios solidarios.
Los muchachos protestaban porque no se les permite sacar los cuerpos de sus familiares y en respuesta, los militares respondieron de esta forma:


Este no es un hecho aislado como quieren darlo a conocer los voceros del ejército. Esta es una dictadura donde ya no existe contención legal alguna.